RESEÑAS

No Logo versión punk ´06

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Show matinée (para que el nene le vuelva temprano, señora). Así fue el cierre de la gira de verano de SHAILA y BULLDOG, el sábado en El Teatro de Colegiales. Caras largas porque para entrar hacía falta la presencia de un Rosas en el bolsillo y, después, otras por no conseguir entradas (agotadas una hora antes) fueron la postal pre-recital.

Way of life

Telón cerrado y de repente, la bandera que simboliza más que un corazón roto con alas para los shaileros apareció detrás de la banda. “Te vi (dos)” fue el tema de apertura de una noche de mucho movimiento, tanto arriba como abajo del escenario. Un público incansable, que cantó todas y cada una de las canciones, por momentos parecía adueñarse de las palabras para llenar el lugar sólo con el sonido colectivo de las voces. SHAILA es, sin duda alguna, un grupo con ideología.

“La Historia Somnoliente de América Latina”, el segundo tema, es un claro ejemplo del pensamiento del principal compositor y voz líder de SHAILA, JOAQUIN GUILLEN, quien saludó y agradeció luego del tercer tema, “Enfrentados”. “Queremos agradecerles a nuestros amigos, ¿quiénes son nuestros amigos?” vociferó JOAQUÍN, descalzo desde el comienzo del show. Y la continuación fue obvia: mix del tema “Friends” y “Amigos”.

“Esta canción define nuestra filosofía: patear fronteras, límites, líneas”, aclaró JOAQUIN, antes de que YASSER (guitarra) agradeciera la remera regalada con su nombre impreso. “Tratando de encontrarla” era la definición que, junto a los temas siguientes –“El Engaño” y “Somos”– forma parte de la identidad de la banda.

“Estás igual que NEKRO, le dijo JOAQUIN a SANTIAGO (guitarra) antes que “Cuando no quieras sentir”, esa oda a las relaciones pasajeras, hiciera saltar a todos. Después, dos al hilo: “Utopía” y “Viendo”. “Nunca pegamos un tema así”, recalcó SANTIAGO.

Siguió “La ignorancia es bendición” para dejar paso a una sorpresa: “Txus”, tema de LA POLLA RECORDS. Los ánimos no decayeron y mucho menos en “Cansado y aburrido” y “Yo”, pero varios se quedaron callados cuando “Noviembre” (tema que sonó por primera vez en un acústico realizado a mitad del año pasado y adelanto del próximo disco de la banda) llegó en versión punk pero sin dejar la suave voz de PABLO (bajo) en coros.

“Mil ilusiones” continuó el clima de calma. Incluso JOAQUIN, dejando su costado hiperactivo, se sentó al borde del escenario. “Bajo el agua” dejó lugar a las virtudes de GUIDO en la batería, para que al final el cantante se pegara un digno porrazo para el recuerdo.

“Dios se murió”, el agite de la noche en “A la derecha de la cruz” y el tema final, “Mañanas” (innegable hitazo) formaron el cierre perfecto, no sin antes los correspondientes agradecimientos a BULLDOG. 70 minutos que volaron. Como el verano.

Perros con pedigree

“Buenas noches mis amores, mis soles, mis perdiciones”, saludó MANTU (voz y guitarra) mientras el telón sólo dejaba salir haces de luz roja, hasta que las enormes siluetas negras frente a la bandera con el nombre de la banda se dejaron ver, para formar un escenario simple pero efectista. No había que ser adivino para saber que “Mi amor, mi sol, mi perdición” iba a ser el puntapié inicial para los 30 temas que sonarían durante dos horas.

La batería de BEBE que llegaba en los momentos justos y las voces de WILLY (guitarra), con un tono mucho más cercano al rock, y RATA (bajo), cantando un punk netamente ramonero, fueron los elementos justos para acompañar a una voz líder que por momentos rozaba lo barroco e, incluso, lo dramático, pero desde la representación de un personaje.

Si el público de SHAILA fue enérgico, el de BULLDOG fue volcánico, estallando de repente para luego caer en la calma del disfrute del sonido, y así sucesivamente.

“Circo Calesita”, del disco con el mismo nombre del 2000, y “A un amigo”, de ”El ángel de la muerte” de 1998, conformaron junto al primer tema un buen trío para demostrar momentos diferentes de la banda.

“Gracias, che” fueron las primeras palabras de MANTU hacia su público antes que sonara “Pudriéndola”, de ”Un lugar para juntarnos” de 1997, y “Ser así”, de ”Sí yo!” de 1995. Faltaba una de ”El campo de los sueños” (2002), pero no se hizo esperar: “La estrella del bien y del mal”.

Un digno “Dígalo con mímica” fue la pista que dio el cantante antes de “El Grito Silencioso”. Un muchacho llegó a subir al escenario y besar al cantante, ante la mirada atónita de varios guardias en “Piruvari (mundo irreal)”.

“Esta que viene es la que más me emociona cuando la cantan ustedes”, aclaró MANTU antes de “La Vida”, uno de los mejores momentos de la noche que el público disfruto de inicio a fin. “Otra vez”, “Semillero”, “Fiel” y “Tu asesino” descontrolaron al público antes de una sorpresa.

Como en su disco en vivo “Yo estuve ahí… nosotros también” (Parte uno y la dos a salir en marzo), hubo invitados: los muchachos de INTOXICADOS. ABEL MEYER en batería y FELIPE BARROZO en guitarra dieron el presente en “RNR”, a pesar de un murmullo inicial que desapareció (igual que varios prejuicios) para dejar paso a la música.

“Ahora un poquito de (onomatopeya irrepetible)”, dijo MANTU después que sonara “El Ángel de la Muerte” y antes de “1000 años”, con su ritmo ska.

Antes de “3° D”, MANTU agradeció a CIGARRO MOJADO, SHAILA y LAS MANOS DE FILIPPI por la gira de verano compartida. Y, obviamente, también al público. Se venía el final, mientras las luces dejaban ver la silueta de los BULLDOG en los costados del escenario.

Muchachos en el pogo, chicas a hombros de sus amigos y mucha energía acompañaron a “Argentina vencerá” y “Fatal destino” antes del tema final.

Algún que otro transeúnte que pasó a la tarde miró con desconfianza, pensando “ay, esta juventud”, sin saber que tocarían dos bandas con un sonido potente y, a la vez, claro y prolijo. Pero muchachos: festejen existir, porque al final fueron “Más que diez”, con salto, gritos y papeles. A todo trapo.

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