RESEÑAS

Nada que ocultar

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¿El infierno está encantador?

El clima en la ciudad porteña rozaba la perfección el último viernes. La brisa era fresca y las nubes habían decidido salir a da un paseo por otro planeta. Los bares sacaban sus mesitas a la calle y las rondas de amigos no tardaron en armarse.

En la puerta del ND Ateneo, ubicado a metros de una de las avenidas más anchas del mundo, otras tandas de amigos y amigas también se reunían. ¿El plan? Ver y escuchar a Fabi Cantilo.

Anunciado para las veintitrés horas, la fila se empezaba a armar por la calle Paraguay con mucha calma, mientras todos aguardaban que un grupo de fervorosas adolescentes con sus raros peinados nuevos terminen de sacarse fotos con su banda teen de turno, que se había presentado en la tanda anterior.

Así es que apenas pasadas las doce de la noche, arrancaba el show de una de las mujeres más importantes que ha tenido la historia del rock del país.

Últimamente

“Voy buscando libertad / muchos muros que sortear últimamente”, rezan los primeros versos de “Últimamente”, de su último disco “Hija del Rigor” (2007) que abre la lista de temas y, con él, una ventana al alma de la Cantilo.

Es que este trabajo discográfico no parece ser ni más ni menos que eso: una enorme ventana por la que se pueden espiar los pensamientos y sentimientos  por los que estuvo transitando la cantante en las últimas épocas.

La cosa siguió con “Una tregua” -el primer corte de difusión-, “Zamba para Totó”, dedicada a su abuela, y “Tercas Palanganas”, el poema de su madre que se ha convertido en canción. También sonaron “Brujos”, “Hija del Rigor”, “Mago en prosa” y “My World”.

Fue amor

Además de recorrer casi todo su noveno álbum, hubo mucho espacio para viajar al pasado por un rato, y entrar en el inconsciente colectivo de la calurosa audiencia que saltaba de sus asientos ante cada clásico.

“Eiti Leda”, “Fue Amor”, “Amanece en la Ruta”, “Canción de Alicia en el País”y “Spaghetti del Rock” fueron perfectamente ejecutados por el grupo de músicos que acompañan a la siempre intacta voz de Fabiana. Durante todo el show se lucen Cay Gutiérrez, en teclado y coros, Marcelo Predacino en guitarras varias, Marcelo Capasso en el bajo y el baterista Javier Miranda.

La reina del twist

Llegando al final, los pasillos se llenan de admiradores enamorados y bailarines desinhibidos que confeccionan sorprendentes pasos para temas como “Ya fue”, “Júpiter”, “Mary Poppins y el deshollinador”, “Cleopatra, la reina del Twist” y el gran cierre de la mano de “Mi Enfermedad”, que termina con un gran grupo de fans sobre el escenario abrazando y fotografiando a la artista de la noche, que entre risas se escabulló detrás de escena, mientras el enorme telón colorado sellaba el fin de la función.

Fabi está de regreso, más calma, auténtica, y con un público que no paró de expresar su amor durante la hora y media de show. Así, esta hija del rigor despidió el año.

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