RESEÑAS

MIRANDA! no se restringe

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Segunda función. Ninguno de los que están en el ND Ateneo tiene mucha pinta de estar recién llegadito de los bosques de Palermo. De todos modos, el festejo primaveral del público mirandesco -que luce antenitas, perlas de colores y camperitas de piel de muppet- se corresponde con la actitud de la banda: glam y excentricidad.

Si tratamos de relacionar los términos glam (proveniente de glamour) y MIRANDA!, las imágenes se disparan automáticamente estableciendo el vinculo: las babuchas que tan bien le quedan a ALEJANDRO SERGI y que combina a la perfección con sus botas stiletto, las boas de JULIANA GATTAS, los pantalones plateados del guitarrista LOLO FUENTES, el corte monotista y las gafas de su programador BRUNO.

Y si pensamos en la excentricidad de la escenografía y las animaciones que acompañaron al grupo, destacamos las imágenes y paños que hicieron que Cemento se vea lindo, las letras de las canciones nuevas en la pantalla de República Cromagnón, los aparatos de gimnasia sobre los que se subieron para cantar y un arnés que hizo volar al guitarrista en el ND Ateneo de marzo, el clip playero y los dobles de la banda en Obras y los porteros eléctricos, teléfonos y computadoras que reforzaron el melodrama en “Casualidad”, las caretas y paraguas de “Agua”, entre otras cosas.

También llamaron la atención los invitados que MIRANDA! supo recibir. No lo digo por TOTO o RUDIE de ADICTA, sino por PIMPINELA, FERNANDO RUIZ DIAZ de CATUPECU, GUSTAVO CERATI, PABLO ROMERO de ARBOL, LEO GARCIA y al mismísimo SAY NO MORE.

Ahora si…El show

Diez y diez de la noche. El telón se corre y unas macetitas -de un material similar al de las tarjetas española- cobran vida. Tras una breve coreografía, de su interior salen los cinco integrantes de MIRANDA!

Inmaculados de pies a cabeza y sin demasiados ornamentos JULIANA y ALEJANDRO se corretean mientras interpretan “Otra vez”, perdiéndose entre las proyecciones de unos corazones. Le pegan la simpatiquísima “Don”, con esa intro que parece meternos en un malambo tecno y tras ésta, “El agente”, donde BRUNO juega a ser un saxofonista de la década del ´30 con sombrero de copa y todo. Así terminan la tríada inicial de temas de “Sin restricciones”.

Si de destacar momentos se trata, párrafo aparte merece “Yo te diré”. JULIANA, ALEJANDRO y LOLO estrenan coreografía que incluye pasitos hacia delante, giros, palmaditas… Al finalizar el tema, se viene el cambio de roles, y los cantantes se hacen cargo del bajo de MONOTO y la consola de BRUNO, que pasan al frente con el único fin de también bailar, despertando así la máxima ovación de la noche.

El ya clásico pizarrón de utilería en la espalda del guitarrista y la tiza gigante en la mano de la cantante son indicios de que se viene “El profe”. Así vemos a un SERGI que, enfundado en su habitual guardapolvo con apliques de tul, luce unos anteojos enormes y señala con un puntero al público. Y más allá de destacar sus falsetes, hay que resaltar su cualidad de frontman nato. Envuelto en el baile dispara frases del estilo “quiero tocarme y acabar en ti”, logrando que pasen desapercibidas y que despierten más gracia que otra cosa. Carismático y seductor, ALEJANDRO SERGI provoca los deseos de más de un@ por ser alumno, y se convierte así en el alma de MIRANDA!

Sería injusto no resaltar la acertada creación de climas disímiles. Supieron pegar las versiones acústicas de “I touch myself” e “Imán” a “Traición” -un tema con aires a Rafaella Carrá- sin hacer pastiche.

Pero pese a todo esto, las expectativas por el lanzamiento de “Sin Restricciones” quedan aún insatisfechas. Es decir, el poco despliegue escénico se termina notando, ya que una pantalla no alcanza. No hay invitados ni ellos lucen sus habituales vestimentas cargadas de brillos, volados o colores estridentes sino que se ven demasiado simples. Si a eso le sumamos que el show no llegó a la hora y media y que algunas entradas superaban los veinte pesos, es saldo da negativo. Que se entienda, negativo dentro de lo que es un show de MIRANDA!, presentando un disco y en el ND Ateneo. Si analizamos el espectáculo en sí mismo, fue un buen show.

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