DISCOS
México, esquina Babylon

Hace cinco años atrás, que Manu Chao entregue un registro en vivo como “Estación México”, hubiese sido inimaginable. El trovador transitaba por otra etapa artística, sobrecargada y manonegrística. Y para esto, no hay mejor ejemplo que “Radio Bemba Sound System”, otro live que, visto a la distancia, sirvió de punto y aparte; un quiebre que se hizo aún más evidente con el experimental “Sibérie m’était contéee”, disco que sólo salió a la venta en puestos de diario de Francia.
Este trabajo también es de venta exclusiva, ya que se consigue únicamente en México y todo lo recaudado será donado al EZLN y a entidades que buscan la liberación de presos políticos de aquel país del norte. Pero como allí también hay computadoras, Internet y gente con ganas de compartir, cualquiera puede escuchar las veintidós rolas, divididas en dos discos, que componen el álbum.
Desde hace un buen tiempo a esta parte, en el camino fueron quedando los vientos, parte de la percusión, efectos de sonido, MC’s. Todo se sintetiza en la voz dolida de Manu y en la guitarra veloz de Madjid, tan virtuoso con la eléctrica como con la española. Entonces, Chao suena más despojado y más directo, para darle más fuerza (más todavía) al mensaje.
No es antojadiza la distribución de las canciones, ya que el primer tomo reúne las de electricidad-acústica (donde se destacan“Desaparecido” y “La vida tómbola”); en tanto, la pulsión punk se adueña del segundo disco. Allí aparecen interesantes versiones de “Casa Babylon” o “Sueños de Solentiname”, dos de los años mozos de Mano Negra.
Si bien el sonido no es de altísima fidelidad, deja bien en claro cuál es el camino que decidió tomar este artista cuarentón. Quizás también sirva de separador y lo que venga a partir de ahora, sea totalmente distinto. Pero habrá que esperar por eso.
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