
SHOWS
Masivo apoyo al Salón Pueyrredón
El martes, en Palermo Club, el público se acercó en gran número para pedir por la re apertura del clásico local del under porteño. Flema, Cadena Perpetua, Shaila, Asesinos Cereales, Superuva y Los Mentirosos fueron las bandas más aclamadas de las 16 que participaron.
La injusta clausura del Salón Pueyrredón por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires generó mucha indignación en el público rockero, que mostró su malestar con la decisión a través de las redes sociales. Por eso, cuando se anunció el festival no sorprendió la adhesión que rápidamente consiguió; en sólo tres días se logró organizar, con una muy buena predisposición de los grupos, una movida en la que todos querían aportar su granito de arena.
La consigna era clara para todas las bandas: tocar entre tres y cinco temas, sin importar el cartel de cada una de ellas. Lo principal era hacerse escuchar. De este modo, todo empezó a las 22.40 con el ska y la buena onda de Sombrero Club y siguió luego con el desenfado y el rock garage de Controlcero.
También hubo lugar para el post hardcore, un movimiento que sigue en alza y que parece no tener techo. Melian, uno de los representantes más importantes, aprovechó su momento con unas buenas dosis de agresividad y melodía. «Océano en llamas» y «Yo, la muerte», dos de causaron impacto. A continuación llegaron Los Kahunas para distender un poco con su interesante y cálido surf instrumental.
Con los Asesinos Cereales empezaron los grandes pogos. Su ska-punk divirtió y encendió al público de la mano de “Transa”, una canción más reciente, o “Harto”, una más añeja. La gente los aprecia mucho y así se los hizo saber. Ya para Restos Fósiles, el clima fue algo más tibio acompañados por un sonido que tampoco los revitalizó. Igualmente dejaron su estampa con hitazos como “Sin tu sonrisa” y “La máquina de perder”.
En cuanto a contundencia, lo de Satan Dealers fue lo mejor de la noche. En pocos minutos armaron su set para descoserla desde el primer acorde de «Detrás del sol». Los presentes los observaron con respeto, y recién agitaron con el cover de Minor Threat. Por sus cualidades, los de Adrián Outeda (voz) deberían tener mejor suerte.
Sin lugar a dudas, con Cadena Perpetua se vivió el momento de mayor éxtasis. El mosh y el stage diving nunca se detuvieron al cabo de “Malas costumbres”, “No mires al cielo”, “I wanna destroy you” y “Sigo acá”, donde los muchachos de seguridad alcanzaron su pico de trabajo. «Muy difícil tocar después de Cadena», comentó de forma risueña Marcelo di Paola (The Tormentos), el invitado especial de The Beachbreakers; ellos también entretuvieron con su surf.
Siguieron Los Mentirosos, quienes de a poco van alcanzando mayor protagonismo por su sonido bien personal y por sus canciones súper adictivas como «Celo pa ti (en Santa Ana)» y «Mentirosos».
Luego llegaron los Shaila con sus 20 años de historia y su mensaje independiente. Sólo tres canciones le bastaron para dejar al público encendido. Ya con Superuva en escena, la excitación no declinó gracias a clásicos del punk nacional como «No te vayas gorda» y «Con mi guitarra mataré a tu mamá». Si bien la asistencia iba rotando a lo largo de la noche, nunca bajaba en cantidad. Luego de Los Mentirosos, Shaila y Superuva se comenzó a ver una merma paulatina.
Mal Pasar y Los Bombarderos, con sus estilos más radicales, dejaron su marca para darle paso a los Aliento de Perro y sus letras risueñas.
«No somos muy solidarios pero por el Salón y el Batra, todo», dijo Fernando Rossi (bajo y voz) antes de arrancar el set de Flema. Rossi estaba con anginas, y por lo tanto su voz no era la mejor, así que sus fans pusieron sus cuerdas vocales para «Si yo yo así», «Lejos de casa» y «Ahogado en alcohol».
El cierre debería haber sido para los Responsables No Inscriptos, la banda de la casa, pero por el cansancio de toda la organización del festival de Batra (bajo y coros) y compañía se quedaron sin energías. Entonces el final quedó a cargo de los Quemacoches, una agrupación punk que despertó mucho interés en el último año.
La justificación del cierre era porque, según los inspectores, la habilitación no era válida.
“Esto es una demostración de poder”, dijo Eduardo Graziadei (bajo y coros de Cadena Perpetua) en relación a la gran convocatoria que tuvo el evento. El público se plantó ante la infinidad de cierres de centros culturales por parte del Gobierno de la Ciudad. Esperemos que el Salón Pueyrredón y tantos otros lugares reabren sus puertas lo antes posible.
[slideshow id=387]
[sam id=»2″ codes=»true»]
1 Comentario
Tenés que estar logueado para escribir un comentario Iniciar sesión