RESEÑAS

Más mejor

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Si no hubiese sido ahora, ¿entonces cuándo? El tiempo pareció alargarse para llegar a conjugar el nivel exacto de convocatoria y exactitud en los sonidos. Las señales aparecieron lentamente, a pesar de los tumbos e idas que sufrió la banda durante los últimos meses con la ida del bajista y el baterista, miembros fundadores del grupo. Pero, a pesar de todo, NO TE VA GUSTAR llegó a Obras de manera impecable y certera.

Dos fechas en el hoy estadio Pepsi Music, una el viernes pasado y la otra el domingo, fueron el resultado y efecto por arrastre de lo que NTVG parecía avistar durante 2006. La presentación oficial en este lado del río de “Todo es tan inflamable”, editado el año pasado, fue la excusa perfecta para dar el salto.

Gente llegando sobre la hora y un estadio a punto de llenarse fue la postal de apertura, minutos después de las nueve horas del viernes. El ritmo de marcha del primer tema, “De nada sirve”, inició las dos horas y media donde el cantante, EMILIANO BRANCCIARI, situado al costado del escenario, se despachó con una treintena de temas.

El equilibrio entre las canciones nuevas y las ya conocidas fue el necesario para refrescar, pero sin dejar de lado los viejos sentimientos en cada nota repetida pero nunca oxidada. La marcha en “Tenés que saltar”, el clásico y estandarte de batalla “Ya no hay dolor”, las desgarradas historias de “La única voz” y “Clara”, dedicada a BRANCCIARI padre, fueron los esperados para ser gritados por todo el estadio.

Entre el popurrí, diferentes pinceladas de los invitados se esparcieron durante la noche. La colaboración del productor y músico TITO FARGO en “Ella espera” se mezclaron con las participaciones que se vieron en los videos proyectados durante los descansos, donde se veía al poeta MARIO BENEDETTI y al músico RUBEN RADA. Incluso existieron palabras invitadas de manera tácita, cuando la banda, coaccionada por el público, entonó “Zafar”, de LA VUELA PUERCA.

En “El oficial”, todos los invitados subieron para participar y el trombonista, DENIS RAMOS, demostró toda su capacidad de líder desde el escenario.

Las cuotas de realidad con “Ilegal”, basada en los abortos clandestinos, y “Tirano”, sobre la clara prepotencia militar y política de Estados Unidos, se entremezclaron con los temas introspectivos como “Te voy a llevar” y “No necesito nada”. El tiempo se diluyó para llegar a un final que nunca perdió la energía, ni el triplete “Pensar”, “Al vacío” y “No era cierto”, ni mucho menos en el bonus: la banda completa con tambores dando cinco minutos de despedida puramente instrumental.

Dos horas y media de cíclicos sonidos. Una treintena de temas que oscilan entre lo nuevo y lo esperado. Dos fechas que son el resultado natural del desarrollo y expansión de NTVG. Y lo único que uno atina a gritar entre la euforia y sentidos sensibilizados simplemente es: “¡Más mejor!”.

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