RESEÑAS
Más allá del tiempo y la ausencia

Tras más de ocho meses de no tocar en Capital Federal, LOS VIOLADORES hicieron lo suyo, luego de su show en el Cosquín Rock 2004. La expectativa del público no era muy grande. Los principales factores para este desánimo: 1) No contar entre sus filas a su violero original, STUKA. 2) La gran cantidad de grupos soportes.
Al fin
Luego de seis horas de espera, en donde siete agrupaciones mostraron sus propuestas, LOS VIOLADORES se adueñaron del escenario. Entonces PIL, en voz, SERGIO VALL, en batería, EL NIÑO, en bajo, y el improvisado, TUCAN (integró la primera formación de PILSEN), en guitarra, irrumpieron ante el cansancio de la mayoría.
Eran las 3:55 cuando se escuchó ”Podemos abrir el telón, OK”. Este fue el pedido de PIL, antes de darle comienzo a un nuevo show violador. ”Esperemos que no suene como Cosquín”, fue el deseo del cantante al principio de la presentación. La banda no estaba nada conforme de cómo les había ido en Córdoba. En esta nueva oportunidad le querían demostrar a sus fans, que los problemas de sonido no habían sido ocasionado por ellos.
Manteniendo el orden de su último disco en vivo, el show dio inicio con ”Espera y verás”, mientras que minutos después, las voces de los presentes taparían a la del vocalista al grito de ”Somos latinoamericanos”. El público reclamaba a STUKA, lo que provocó cierto enojo en PIL, quien explicó que la ausencia se debía a un problema burocrático yanqui, que hizo que el violero no pueda salir de los Estados Unidos. Después de todo esto continuaron con la correlatividad del en vivo y ”Estás muerto” fue el siguiente paso a seguir.
Si de temas nuevos se trata, ”Todo fue hecho por amor (pero fracasó)” fue un claro ejemplo, para luego viajar años atrás con ”Aburrido, divertido, donde PIL volvió a quejarse una vez más de Cosquín. Esta fue una muestra del viaje temporal que significa VIOLADORES en vivo.
Constante regreso al pasado
Durante el show, la banda estuvo viajando en la máquina del tiempo, y llevando a los presentes a recorrer gran parte de su discografía. No hubo necesidad de rogar por algún clásico, ya que TODO el show estuvo formado por ellos.
Promediando la presentación, subió como invitado PICHU, guitarrista de CABEZONES, quien no fue bien recibido por la masa. Pese a esto, se metió las bardeadas en el bolsillo y se dedicó a practicar un nuevo deporte, “Esquive de escupidas”. Un acto realmente irrespetuoso por parte de ese sector.
Durante el tiempo que el santafesino estuvo arriba del escenario, cumplió con aceptables versiones de ”Mercado indio”, además de ”Nada ni nadie nos puede doblegar” y “Fuera de sector”, en uno de los momentos más festejados de la noche.
Cuando faltaba cada vez menos para que el sol empiece a salir, ”La caída de la Luna”, sonaba en pleno Liniers. A pedido de PIL, unos cuantos encendedores acompañaron la canción. Fue otro momento memorable, justo antes que se anuncie ”Marcados a fuego”, de PILSEN.
Llegando al final, sus seguidores sabían lo que se venía. Todos se convirtieron en drugos, para corear hasta el hartazgo ”1, 2 ultraviolento”, en donde el TUCAN comenzó a ser un poco más querido por el público. El bombardeo auditivo continuó con ”Bombas a Londres”, en donde PIL y el público iniciaron a capella la composición.
A esta altura, más allá que era bastante tarde, se vivía una alquimia entre la banda y los presentes. Es decir, una interacción bastante grosa, que iba y venía del escenario a la gente. Le siguió ”Ellos son”.
GIMENEZ, no muy querido entre los punks
Continuando con los invitados, ANDRES GIMENEZ, de A.N.I.M.A.L, fue otro que no tuvo un buen recibimiento. En ”Más allá del bien y el mal” se plantó sobre el escenario para continuar con el show, sin importarle la ”Represión”, de saliva que recibía. En este tema, PIL cantaba parado sobre una columna de sonido, al mejor estilo CAMPINO, aunque a unos cuantos metros de diferencia.
Hubo tiempo para bardear a LA BERSUIT, momentos antes de ”Viejos patéticos”, y a modo de despedida de JIMÉNEZ, ”Violadores e la ley” formó parte de la larga lista de clásicos de la noche.
Al momento de los bises, PIL continuó la capella en ”Comunicado 166”, y si de la guerra se trata, ”Mirando la Guerra por T.V”,, fue un buen momento para terminar cantando todos juntos ”Viva la Revolución”. Con este tema dieron fin a su primera presentación en Hangar y prometieron que no será la ultima.
Párrafo aparte para las bandas invitadas: ESCUELA, VALGA LA REDUNDANCIA, EXPLENDEN, TORCH, ENIGMAS, CARETA TUCON Y GUSANOS, quienes a lo largo de sus presentaciones, que variaban entre el punk ramonero, flemero en algunos casos y más rocker por parte de los últimos, se encargaron de mantener entretenida a la monada presente.
LOS VIOLADORES basaron su concierto, de hora y media de duración, en los clásicos más importantes de su extensa carrera, y en las constantes quejas hacia el Cosquín Rock. Si la organización hubiera pensado más en la gente y no tanto en ellos (por poner en cartel a siete bandas soportes), la velada hubiera sido más satisfactoria.
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