RESEÑAS
Marche la primera
Podría afirmarse que el Gesell Rock fue diferente al boom de festivales de rock que vienen organizándose desde hace ya más de 4 años y que marcó un explícito antes y después en la organización y difusión de los mismos. No por los artistas que formaron parte de la grilla (fueron los mismos de siempre con algún que otro agregado) ni tampoco fue diferente la lógica propia del festival (mantuvo los mismos signos de puntualidad, soltura y coherencia de los anteriores), sino que algo inusual se pudo observar y percibir antes de ingresar y desplazarse hasta el predio del ex autocine de la ciudad donde se realizó el evento: a la publicidad de los artistas que se presentarían en los cuatro días se le agregó una suntuosa (y hasta repetitiva) promoción y publicidad de cuál sería el estricto sistema de seguridad y prevención presente en el megafestival.
Antes de llegar al predio, un bombardeo de volantes con indicaciones de los mismos alertarían sobre lo que ya adentro del recinto se repetiría como leitmotiv a lo largo del día.
Ahora, el de la playa!
Finalmente a la ciudad que fue la cuna de la movida de nuestro rock nacional le llegó la hora de tener su propio megafestival de rock. A mediados de la década del 60, MORIS y PAJARITO ZAGURI junto a otros músicos inauguran el legendario Juan Sebastián bar, una especie de café concert que albergó y condensó a toda la bohemia Flower Power de la época y que vio nacer al primer grupo de rock argento que grabó su placa/simple: LOS BEATNICKS.
Casi cuarenta años después, con una movida en plena reproducción y recientemente turbada, los colectivos atestados de gente, taxis, algún que otro remis y manadas de chicos que llegaban a pata a la entrada de la ciudad, comenzaron a poblar el ex autocine de Villa Gesell cuando se abrieron las puertas pasadas las cuatro de la tarde. El sol rajaba el suelo de pasto-arena-tierra y el viento –que le arruinó a más de uno el día de playa-, despeinaba la cresta del puñado de chicos que estaban cerca de la valla para apoyar a la primera banda de la tarde.
A las 18:15 en punto, el escenario comenzó a vibrar con 250 CENTAVOS, un quinteto cordobés de chicos de no más de 22 años organizadores de festivales propios en su provincia. Más que activos y movedizos, con muy buen sonido, mezclaron punk-rock con reggae, ska y cuarteto. JUAN NINCI –voz y saxo- intercalaba las revoleadas del micrófono con cable con revolcones en el piso y ejecución del saxo, mientras le dedicaban temas a “los 30 mil desaparecidos por pensar”, “a la policía” y a los “cuadrados” que no aceptan los distintos tipos de música, que al fin y al cabo “es una sola”. Después de casi 30 minutos de un show agitado, se despidieron aplaudidos por toda la gente y le dejaron el terreno libre a VIA VARELA.
Mientras los plomos ultimaban los detalles, una animación de prevención difundida en las pantallas gigantes ubicadas a los costados del escenario indicaba -con la voz en off del locutor de la Rock & Pop, ALEJANDRO NAGI-, que “el predio está abastecido de matafuegos estratégicamente ubicados, salidas de emergencias (…) Prevenimos para su tranquilidad y bienestar”. Afuera, la seguridad incautaba todo tipo de cinturones, dejando a la intemperie más de un calzón y bombacha sorprendidos por el frío. Libros, desodorantes, pilas, llaves y alguna que otra bandera estandarte (prohibidas dentro del campo) tampoco escapaban de los cacheos de los más de 130 efectivos.
Un obrero, un oficinista, un enfermero, un repositor de supermercado y un maestro de escuela cargados de instrumentos, se hicieron cargo de escenario a las 18.45. Eran los VIA VARELA, vestidos cada uno de diferente forma para hacer tono con su próximo disco “Picado grueso”.
“Estas ropas las pusieron los propios músicos”, dijo el pelado LIMON GARCIA –voz de la banda y ex miembro de la BERSUIT- vestido de blanco inmaculado antes que invitara al público a que le lleven sus propias ropas para vestirlas arriba del escenario para que “todos se sientan identificados”. “Todos somos picado grueso, nosotros, un abogado de pobres, un periodista;…todos los que tenemos que empezar todos los días”, agregó. Se despacharon con temas de sus placas anteriores y su último Ep, tales como “Pico y Pala” (dedicado a los caídos el 20 de diciembre) “Cielo Gris”, “Subís, Bajas”, “Oh Juremos”, entre otros.
Si bien los problemas técnicos existieron, se las arreglaron y terminaron su set agradeciendo y regalando remeras al público, que palpitaba con los famosos aplausos murgueros-bersuiteros a la última banda de la noche.
Los estandartes de una publicidad para bajar las musiquitas desde el celular flameaban de la mano de promotoras playeras algo muertas de frío y la voz repetitiva de NAGI ya se tornaba un tanto insoportable para los presentes, que abucheaban y silbaban cada vez que interrumpía el huevo que la gente hacía para esperar a LA ZURDA.
El color y los ritmos autóctonos del rock latino aparecieron con la banda de Haedo, de la mano de la baguala “Despacito”, “Falopero este mundo”, el cover del tema de THE CLASH “Should I stay or should I go”, entre otros.
El pogo, si bien existió, comenzó a tornarse un tanto incómodo: el movimiento exagerado y el pisoteo del pasto seco con tierra-arena levantaba una nube de polvo que tornaba irrespirable el aire y frenaba todo intento de excitación por parte del público.
Con “El mundo”, LA ZURDA cerró su set que padeció algunas frituras entre otros problemas de sonido y agradeció a la gente por compartir su sueño.
Con la noche casi en sus hombros, PIER salió a las 20.15. La banda formada por los hermanos CEREZO le dedicó su show de puro Rock & Roll a la memoria de dos de sus amigos. Con el estadio casi lleno, tocaron por más de una hora. La voz de RAMIRO –que se suma a la lista de bandas con cantantes que poseen el mismo patrón de voz del INDIO SOLARI– le regaló su melodía a varios temas, entre ellos: “Sacrificio y Rock & Roll”, “La ilusión que me condena”, “El ritual de los pibes atentos” y “De andar adelante”.
A las 21.30 pasadas la gente pedía a la BERSUIT. Antes del esperado cierre de la noche, la banda uruguaya NO TE VA A GUSTAR agradeció a la gente por su respeto y tocó su set matizando estilos murgueros y candombe con reggae, rock y ska que sirvieron de preludio perfecto para la presentación de la banda del pelado CORDERA.
El hit “No hay dolor”, “Me cuesta creer”, “Te voy a llevar”, “La única voz”, temas de su disco “Este fuerte viento que sopla”, formaron parte de la lista de temas que la banda charrúa ejecutó tranquilamente. Hacia el final, EMILIANO BRANCCIARI (guitarra y voz) agradeció una vez más por el respeto de todo el público y festejó por el rock del Río de la Plata.
Cachaca con CALAMARO
A las 23 en punto las luces se apagaron, los gritos se multiplicaron por 8.000 y vestidos con sus clásicos pijamas de colores salieron los integrantes de BERSUIT VERGARABAT con “Pornostar”.
“El baile de la gambeta”, “Va por Chapultepec”, “La vida boba” y “El gordo motoneta” fueron la seguidilla de temas que hicieron posponer por minutos el saludo y las las palabras que irremediablemente EL PELADO iba comentar respecto a lo sucedido el 30 de diciembre último.
Si bien el espíritu Cromañón se hizo presente implícitamente a lo largo del día con comentarios disimulados y no tan expuestos por parte de todos los músicos anteriores (la gente también demostró su aguante vistiendo remeras con el estampado casi impecable del grupo CALLEJEROS) fue la BERSUIT -luego del tema “Espíritu de esta selva”– quien cambió los rasgos de la fiesta, cumbia y cachaca por palabras que produjeron un silencio totalmente seco entr,BERSUIT con ANDRES CALAMARO como “artista invitado” fueron los encargados de cerrar la noche de la 1º edición del nuevo megafestival de la playa. Prácticas festivaleras nunca vistas y más de 8.000 personas que demostraron volver a creer en el rock en el primer gran encuentro masivo luego de la tragedia de Cromañón»
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