RESEÑAS

MANU está de regreso

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Noche rosarina de sábado, un clima cálido que permite la musculosa y las bermudas, un anfiteatro increíble donde el techo son las estrellas y nadie se queda sin observar ni una partecita del escenario.

Minutos antes de las diez se empiezan a escuchar los sonidos de la famosa “Radio Reloj” de Cuba y de a poco van apareciendo los músicos de RADIO BEMBA y claro está, todas las miradas se las lleva ese petisito de gorrito de lana llamado MANU CHAO.

Con la guitarra al hombro y el respaldo de su nueva compañía –arma y desarma la banda cuando termina una gira- arranca este maratón en el que es difícil decir cuándo empieza y cuándo termina un tema, cómo se llama cada uno de ellos, y cuándo lo que hace es un meedley o directamente un colage musical.

De movida nace el homenaje al gran BOB MARLEY con “Mr. Bobby”, pasajes de “Bongo Bong”, “Casa Babilón” y las improvisaciones florecen con los minutos.
Los separadores punk y circo que anuncian “Radio Bemba Radio Bemba” suenan con la intro del clásico “Mala Vida” y con cada aparición se cuela un ritmo distinto.

Temas como “Por el suelo”, una versión casi acústica de “Señor Matanza”, o “El viento” (que viene y se va por la carretera) son coreados, bailados y abrazados por los presentes, que no paran de mover sus caderas, de levantar sus brazos, y de aplaudir y chiflar en cuanto se presenta un claro musical, dentro de esta canción sin fin.

La noche transcurría de la mano de este gran exponente de lo que hoy se denomina “World music”, lo que en otras palabras es una mezcolanza de las culturas musicales de distintas latitudes, y el maestro de ceremonias paseaba al público por sus discos solistas –“Clandestino” y “Próxima estación: Esperanza”– y algunos temas históricos de MANO NEGRA, pero reversionados.

MANU es un ciudadano del mundo, y sabe de qué manera plasmar su sentimiento multirracial y su manera de mirar la vida y de protestar por lo que cree justo en sus composiciones. Así sonaron “Clandestino” y “Desaparecido”, dos de sus clásicos, que fueron muy coreados por el público.

Un pibe se subió al escenario e intercambió collar con el juglar luego de flamear una bandera durante todo un tema. “Bala Perdida” se bajó del Fórmula 1 en la que viajaba en esas épocas manonegreras y pasó al sulky para sonar con la cadencia de un burrito de carga.

Llegando el final aparecieron rarezas como “Me quedo contigo”, aquel tema que se hizo conocido por la serie Poliladron, y luego “La vida es una tómbola”, un viejísimo tema de una histórica cantante italiana MARISOL, donde CHAO le modificó versos dedicados a DIEGO MARADONA.

El show había terminado y subieron unos miembros de la Radio La Colifata, que funciona en el Hospital Borda, y uno llamado HUGO dijo muy emocionado: “soy corto de vista, no veo a nadie pero no importa, mi abuelo me dijo q cuando se acorta la vista ahí se empieza a ver. Recién me encontré en la esquina con Inodoro Pereyra, y él me dijo `no te aflijas porque a lo oscuro y al tanteo no hay culo feo´. Estoy emocionadísimo, me hice pis y también caca, pero no importa, después me limpio”. Luego de ser ovacionado por cada uno de los presentes anunció que el 15 de noviembre, en All Boys, se vuelve a presentar MANU CHAO y que van a estar presente todos los miembros de la radio.

La gente no se quería ir y sorpresivamente la banda volvió a escena para seguir con la fiesta. Así sonaron nuevamente algunos temas, nuevas versiones como la de “Clandestino” o la de “Mr.Bobby”, que sonó aún más desgarradora que la anterior, y una vez terminado el show MANU se quedó 25 minutos picando discos, poniendo un poco de salsa, de reggae y de sonidos africanos.

La fiesta rosarina de MANU CHAO fue completísima. Casi tres horas donde se conjugaron ritmos, poesía, baile, emociones, fumo y con la ayuda del clima y de las comodidades del anfiteatro se pudo redondear una noche mucho más que placentera para todos aquellos que llegaron hasta allí.

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