DISCOS
¿Mañana es mejor?

Tenemos en nuestro poder otro disco de SPINETTA. Como siempre, de packaging arriesgado para el mercado, esta vez va más allá. Casi tanto como en su momento lo fue “Artaud”, con su forma-deforme, “Un mañana” viene en un rebelde paralelogramo que oficia de escalera hacia el mañana.
Sin embargo, lo que importa es la música y de esto se trata. Si bien el disco sigue la idea de sus dos antecesores, de a poco va sacudiendo la modorra. Ahí están “Despierta en la brisa”, balada que recuerda al SPINETTA acústico de “Kamikaze”, con un gran performance eléctrica de BALTAZAR COMOTTO sobre el final; “Preso ventanilla”, interesante conjunción entre lo ochentoso y lo de hoy; el instrumental que titula al álbum y “No quiere decir”. Esos momentos tornan, por lo menos, interesante a este lanzamiento.
Del resto, no hay tanto más que realmente sea destacable, salvo la labor prolija de los músicos (con CLAUDIO CARDONE, el tecladista, a la cabeza), que ejecutan con precisión y nada más. Seguramente en vivo, la banda sea algo más sanguínea, pero acá suenan como robots programados por su líder.
También, lógicamente, la lírica, como siempre tan importante a lo largo y a lo ancho en la obra del FLACO. Si bien mantiene el nivel, cada vez está menos hermético y, si se quiere, más terrenal. Por allí dice: “Y me pregunto ¿cómo dormirán los enemigos de la humanidad? ¡Quizás los arroje a su propio fuego como a un vil papel!
A esta altura de su carrera, SPINETTA es un artista intachable. No se puede decir que lo que hace es malo porque no lo es. Sus trabajos se caracterizan por transpirar calidad sin agitarse mucho. Pero algún día, los dinosaurios van a desaparecer y “Un mañana” quizás no quede entre los discos de la buena memoria.
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