RESEÑAS
Maldita policía, bendita RENGA

La sangre se inquietaba en nuestras venas, y aquella primavera al sur partimos, para olvidarnos de la rutina y sentirnos liberados al fin. Solo en parte pudimos liberarnos y olvidarnos, pero eso se detallará más adelante.
Desde la terminal hasta el estadio hubo varias cuadras, grupos de 20 personas que se seguían mutuamente sin saber realmente si ese era el camino correcto era el escenario más visible de la noche.
Diálogos entre platenses y “extraños” se daban en la ciudad: la pregunta era la única forma de llegar a un estadio invadido de público con triste felicidad. En la salida de la estación de trenes, se pudo escuchar lo siguiente:
-Extraño: “¿Che, sabes donde queda el estadio?
-Platense en bicicleta: “Sí, andá por la 1”
-Extraño (ya sin compañero de charla): “Claro, como si yo supiera cual es la 1”
¿Quien nos cuida de la policía?
Una vez en la puerta del estadio, el público rengo debió lidiar con la violencia desmedida, las balas de goma, los palazos y la provocación de la policía bonaerense, quienes hicieron entrar por cuentagotas a la gente, intentando generar incidentes. Por suerte, el rockero promedio ya no cae en esas trampas.
Varios se perdieron el show debido a las heridas que les produjeron aquellos que deberían velar por la seguridad, pero por suerte, y a pesar de los rumores que circularon dentro del estadio, no hubo heridos de gravedad.
La pregunta que uno se hace es porqué. Según declaraciones radiales de GABRIEL, manager de la banda, fue la misma policía la que armú el operativo, para después no cumplirlo. Cuando la gente de seguridad de LA RENGA se acercó a colaborar en el ingreso, también fue agredida, lo que hace aún más inexplicable la razón de tal ensañamiento de la fuerza de seguridad. Solo se puede leer un pase de facturas a alguien o una puja interna, lo que hizo que el público rengo pagara el precio de una lucha por ver quien la tiene más grande.
Detonando en La Plata
Una vez superados los inconvenientes, alrededor de las once de la noche, la banda salió a escena, comenzando el show tal cual como lo había hecho en Córdoba. Los minotauros del disco aparecieron con el “detonador”, para presionarlo y comenzar la fiesta. “A tu lado” y “Al que he sangrado” fueron los primeros temas.
“Buenas noches, una vez más (anteriormente habían salido a explicar el porqué de la demora) tenemos que pedirles disculpas, hay gente que no quiere que la gente (sic) la pase bien…de todas maneras tiene que ser una fiesta” dijo GUSTAVO “CHIZZO” NAPOLI, antes de empezar a tocar “Las cosas que hace”, tema que va directo a convertirse en un nuevo himno rengo.
En un estadio al palo, se vivió la fiesta de siempre. Muchas bengalas, muchos trapos, mucha chica y chico al hombro, dieron un marco impresionante a un show que no se quedaba atrás. La masa se movía al unísono, desde la valla hasta el último rincón del fondo, sin dar respiro.
Después de “En el baldío”, sonó otro de los temas nuevos, “El rastro de la conciencia”. La gente se ocupó luego de cantar las primeras estrofas de “El twist del pibe”.
Invitados y covers
Los temas iban pasando en la noche platense. Así se sucedieron “Detonador de sueños”, “Dementes en el espacio”, “Tripa y corazón” y “Estado”, al que engancharon con “El mambo de la botella”, una de las pocas variantes con la lista de temas del Chateau.
Después de “En los brazos del sol” llegó “Lo frágil de la locura”, donde treinta mil almas se unieron en una sola voz. El tema de LA NEGRA, “Veneno”, fue lo que siguió, para dar paso a “Míralos”, dedicado “a los niños del futuro, a los hijos del rocanrol”.
El primer invitado de la noche sería EDELMIRO MOLINARI, legendario guitarrista del rock nacional, con el que hicieron “Cosas rústicas”, tema de COLOR HUMANO (banda en la que militó el violero), “La balada del diablo y la muerte” y “El ojo del huracán”, con el que dejó el escenario, bajo una lluvia de respetuosos aplausos.
“Bien alto” sería el próximo tema, antes de pasar a “Noche vudú”, otro de los nuevos clásicos. En “La nave del olvido”, que fue mezclada con “Pacto tomado” (el instrumental escondido del último disco), volvieron los minotauros.
Una breve intro sonó antes de que el CHIZZO comenzara a cantar “quien te trajo hasta mi…” y el pogo se multiplicó por miles en “El rito de los corazones sangrando”. Pasado “Hielasangre”, llegaría el turno del segundo invitado de la noche. ALEJANDRO SOKOL de LAS PELOTAS subió al escenario para cantar “El final es en donde partí”.
“El rey de la triste felicidad” marcó el final del show cuando había pasado más de una hora diez desde su comienzo. Pero todavía quedaba mucho rock por escuchar…
Haciéndonos canción
“¿Que pasó, no se fue nadie?” dijo el CHIZZO antes de comenzar con los bises. Bah, el bis que sería el terrible enganchado de temas compuesto por “Panic show”, “Arte infernal”, “Negra es mi alma, negro mi corazón”, “Me hice canción” y “El revelde”.
El pogo no dio respiro, las bengalas tampoco. Sobre el campo un pibe tiraba fuego convirtiéndose en otra de las atracciones del “circo romano” que es cada show de LA RENGA.
Mientras tanto, en las cercanías del estadio, la intensidad del show se vivió en los edificios céntricos y semi céntricos, que vieron como sus paredes vibraban, con la potencia de la banda.
“¿Todavía están acá?” volvió a interrogar el cantante, cuando la banda vuelve para, ahora sí, hacer los últimos tres temas de la noche: “Cuando estés acá”, “La razón que te demora” y “Hablando de la libertad”, con el que se despidieron luego de tres horas de show.
No voy en tren, ni voy en micro
Salida del recital, desconcentración pasiva y rápida, medios de trasportes varios. Los más preferidos, el tren y los ómnibus, aunque ambos cerrados para la utilización de los pasajeros. En el caso de los micros, debido a que suspendieron el servicio por temor a que haya roturas; en el caso de los trenes, no quedó claro que fue lo que pasó para que el público debiera soportar estoicamente una espera de varias horas. ¿Momento de disturbio?. No, momento de comer algo para luego tirarse a dormir en algún sitio callejero de la ciudad, a la espera de que alguno de los dos medios más utilizados como forma de salida se digne a abrir sus puertas.
Realmente rescatable la serenidad del público rengo ante la larga espera, mientras que es para repudiar largamente el desempeño de las autoridades de la ciudad de La Plata al dejar varados –intencionalmente- a miles de personas durante más de cuatro horas, como queriendo incentivar así algún tipo de revuelta, finalmente no promulgada.
Ficha técnica
-Bengalas prendidas en todo el recital: 217
-Cantidad de público: 30 mil personas
-Menú platense: Cerveza y “Don Satur”
-Precio: 3,50
-Cantidad de balas de goma disparadas por la policía: 133
-Viaje Constitución-La Plata en tren: $ 1,50
-Tiempo arriba del tren: 1 hora y media (aprox.)
-Viaje La Plata-Constitución: Gratis
-Tiempo arriba del tren: 4 horas (aprox.)
-Odio a las estaciones de trenes y ómnibus: Eterno
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