RESEÑAS
Madrid se despidió de Rock in Río

La acción empieza temprano. En el escenario secundario sale Hail, que no es más que otra cosa que un súper grupo de covers integrado por Andreas Kisser (Sepultura) y Ripper toco con el que sea Owens (Judas Priest). ¿El repertorio? Clásicos eternos del metal: Refuse Resist, Painkilller y Balls to the wall, con Mikey Dee de Motorhead tras los parches. Media hora e inmediatamente sale Barón Rojo. Re locales, obvio. Si estás en España tenés que ir a ver a Barón Rojo. También media hora de clásicos como Baron rojo y Resistiremos, tal vez incluso con mejor respuesta que los anteriores. Pero después del fin de repertorio de los españoles, Hail se une a ellos para un tributo al recientemente fallecido Dio. Así, con dos baterías, dos bajos y tres guitarras se escuchan Neon Knights y Paranoid. Todo muy bonito.
Y mientras en el escenario principal le toca el turno a los españoles Sober, nosotros les hacemos el aguante a Marillion, tal vez la única banda del rock progresivo que ha sabido mantenerse actual y vigente a través de los años. Hoy más cerca de Radiohead y Porcupine Tree que de Genesis. Si bien la tenían difícil (se cruzaban un rato con Motorhead en el otro escenario) lograron agrupar a una buena cantidad de gente; veteranos mayormente. Y el club de fans, que curiosamente eran todas mujeres. Uno no deja de sorprenderse. Mucha energía y un gran repertorio: Cover my eyes, Uninvited Guest, Neverland. Hay que tener en cuenta que no son una banda muy complaciente y que tampoco interpretan demasiadas canciones de su etapa más exitosa, cuando Fish estaba a cargo de las voces. Lo cierto es que con Steve Hoggart se han convertido en una banda más interesante y no se extrañan las viejas composiciones.
Hapinnes is on the road pone fin a un set de 50 minutos, y hay que apurarse y correr porque en el escenario principal está Motorhead, la banda que transforma a los niños en hombres. We are Motorhead, an we play rock and roll, dice Lemmy y da la patada inicial con Iron Fist. Motorhead es todo lo que uno quiere: es sucio, es desprolijo y te parte el marote. Lemmy tiene como 70 años y creo que nunca ha probado el agua mineral. Chicas, la próxima vez que conozcan a un chico preguntenlé si escucha Motorhead; si no lo hace, descartenló de inmediato; no querrán estar con un hombre así. No hay muchas sorpresas: Stay clean, Metropolis, alguno nuevito como Rock out. Lemmy que habla y entre esa voz rasposa y ese acento inglés se le entiende poco y nada. No hay mucha respuesta por parte del público. El único lugar donde se ve un poco de movimiento casualmente es donde hay una bandera de Brasil o Argentina. Si, somos el mejor público del mundo y decimos presente en todos lados. Hasta se ven remeras de Hermética durante el día. La H no murió ni siquiera en España.
Para algunos temas se suma Andres Kisser con la camiseta de Brasil puesta (Going To Brazil, Killed by death). Hay solo de Mikey Dee incluido y final con Ace of spades y Overkill. Tal como queremos, tal como nos gusta. Se terminaba el show de los maestros y era el turno de los alumnos.
Alumnos que obviamente han superado a vario de sus maestros (a Motorhead no, porque ellos están más allá de todo). El disco “Death Magnetic” les ha traído muchas satisfacciones y han girado sin parar durante dos años. Y como muchos han visto en Buenos Aires y Córdoba, la estética del show sigue. La intro con el tema de Saxon, el video de El bueno, el malo y el feo y Creeping Death y For Whom the Bell tolls. Pero algo pasa. Estoy adelante de todo y nadie me empuja, y aunque sea un pecado mortal logro sacar fotos lo más cómodo posible. Y aunque uno esté muy tranquilo, se extraña ese color que sabemos dar. Hay algunas que no sonaron acá. Through the never, Disposable Heroes y los himnos de siempre. Sad But True, Fade to black, Master of puppets. Están las explosiones y los fuegos artificiales en One, las llamaradas en Fight fire with fire.
Hetfield no será un gran animador, pero sí un gran frontman. Las frases son las mismas de siempre, pero el tipo tiene un magnetismo impresionante. Lars está ahí, dándole con bronca. Siempre flaco y con menos pelo. El sonido es perfecto (así que el problema es nuestro). La banda esta afiladísima. El bombo pega en el pecho y el bajo de Trujillo se oye con claridad.
Para los bises, se sabe, la banda tiene la costumbre de hacer un cover. Por la fecha se esperaba que subiera Lemmy para hacer el medley que cada tanto se logra dar. No ocurrió. Una lástima. Pero eligen Am i evil? de Diamond Head al que le pegan dos viejitos para cerrar: Phantom Lord y Seek & Destroy. Era lunes, era la una y media de la mañana, hacía frío, pero todos se fueron con una sonrisa de oreja a oreja.
Así paso la experiencia de El Acople en el exterior. Tal vez alguna productora se copa y nos ofrece nuestro propio programa. Los teléfonos están abiertos.
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