RESEÑAS
Los Tipitos en Cemento

ESTO ES AMOR
Hay algo en estos cuatro pequeños gigantes que los hace auténticos. Realmente quieren a su público, se necesitan mutuamente. Y esa hermosa simbiosis, que no es otra cosa que amor, es un recital de LOS TIPITOS.
En esta relación no existe “ser del palo”, no hay “vendidos” ni “vendedores”, no hay traición. El público los conoció en la costa, los escuchó en un colectivo, en Plaza Francia, o en la Mega. Esa hinchada sub 18 que copó Cemento esta llena de pibes que todavía quieren escuchar canciones. Son chicos que, antes de que la banda salga a escena, están estudiando el momento en el cual prender la bengala o en qué tema abrir la bandera. Es gente que está viva.
CARENCIADOS DE BILLETES PERO NO DE SENSACIONES
Todos componen, todos cantan, todos bailan. En este grupo no hay líderes. Raúl (guitarra y voz), Walter (piano y voz), Fede (bajo y coros) y Pablo (batería y coros), son cuatro capitanes que se turnan para llevar adelante el viaje hasta un lugar mejor.
En la primer parte del show, con una sección de vientos en casi todos los temas, abundaron las canciones de “Cocrouchis”, su segundo disco. “Existen”, “Basta para mi”, “El Poli”, “Montiel 134”, “Una casa tres olivos” y otros, reflejaron aquella etapa de canciones potentes y letras tan existencialistas como comprensibles.
Luego de un intervalo, LOS TIPITOS recrearon un pequeño living comedor en el escenario. Y allí, en formato acústico, fue el turno de presentar las canciones de cada uno de los integrantes. Raúl Rufino, bajo la tenue luz de un velador, pareció recrear el momento mismo de la composición de “Canción Cósmica”.
AHORA QUE NO TIENEN RESPIRO
“Vintage”, su flamante tercer disco, es un viaje de sensaciones cargadas de una poderosa emotividad. La producción de Eduardo Schmidt y Pablo Romero (ÁRBOL) logró que la prolija desprolijidad de la banda suene premeditada.
Los aires folklóricos de “Corazón de litoral”, la carrera ácida de “Trip”, el velo oscuro que se posa sobre la música disco de “Decisiones o sentencias” y las ganas de hit de “Flasheadito”, son algunas de las canciones que van en camino a ser los nuevos himnos del público.
En Cemento, la banda respetó a la perfección el alma de su nueva placa: música cool que no tiene intenciones de tapar las heridas.
Al igual que en el disco, “Purgatorio” fue el elegido para cerrar el show. Mientras los músicos repetían como un mantra el tarareo esperanzado, los plomos los iban despojando de sus instrumentos. Así, LOS TIPITOS y su gente quedaron cantando, gritando, pidiendo auxilio a capella. Por la garganta subía esa saliva espesa que se siente cuando se quiere contener un llanto de emoción.
Una bandera celeste y blanca voló sobre el escenario. “Argentina, Argentina”, gritaron todos, como si hiciese falta especificar de qué lugar del planeta vienen LOS TIPITOS.
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