RESEÑAS

LOS PEYOTES: Ciudad Caótica

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Madrugada en Palermo. Todo parece que sucede dentro de una película de Cine Zeta o que una máquina del tiempo se haya apoderado de Especial. Más de 150 personas se juntan allí para ver a dos de las cuatro bandas de rock que forman parte del festival Sábados de Garage: THE TANDOORIS y LOS PEYOTES.

El lugar se había transformado en los sótanos beats de los años ’60, no sólo con la música de la época y las luces psicodélicas, sino también con fragmentos de películas del canal de cable Retro.

El pequeño escenario dejaba ver más que claro los viejos instrumentos de LOS PEYOTES: batería, teclados, dos guitarras y bajo; todos estos podrían haber sido perfectamente sacados de una casa de antigüedades hippies. A la hora de hablar de música nombran a los SHAKERS, THE SONICS y ERIC CLAPTON (pero éste último durante la etapa sesentista de la que hasta el mismo cantante reniega). Se definen como una banda seguidora de grupos lado b, de músicos que no tuvieron mucha trascendencia ni popularidad a la hora de hacer conciertos o editar discos.

LOS PEYOTES por ahora llevan un demo bien grabado, pero a mediados de este año lanzarán un disco, que aún no tiene nombre, con 12 temas y un bonus track de algún video que también este mismo año intentan filmar.

THE TANDOORIS, por su lado, parte de bandas de rythm and blues, soul y rock oriundo de los ’60. Alguno de los grupos más mencionados por la banda son THE SHADOWS OF KNIGHT, LOS MOCKERS y THE ROLLING STONES, entre otros. Con un sonido potente y rabioso, mezclan sus bases musicales sacando adelante un estilo propio.

Caos y descontrol

Vestidos con chalecos y pantalones de vestir, LOS PEYOTES salen a tocar con la fuerza, el poder y la locura del rock psicodélico. Cantan, gritan, saltan y se mueven frenéticamente al compás de las guitarras enfurecidas, el teclado con una base estilo DOORS y una batería cansada de recibir golpe tras golpe.

Nuestros shows son caóticos, se justificó en algún momento DAVID (cantante y guitarrista). Y no exageró en absoluto. Los chicos comenzaron con la euforia de El humo te hace mal, poniendo las guitarras tan al palo como sus gargantas. Siguieron con temas de su primer disco-demo Psichotic Reaction como El corredor quemado, Wild Texas y El loco de la ruta. Las canciones son bizarras, tanto como la música y los videos de fondo: pueden hablar desde científicos en sus laboratorios creando monstruos hasta de hombres que gustan de pegarles a sus mujeres.

El público no sólo los acepta, sino que se identifican y les piden más. Pero ellos responden con un gracias y se van agotados como si hubiesen terminado de jugar un partido de fútbol.

Con las cuerdas de las guitarras rotas (por ellos mismos) y la batería con un par de platillos menos, salen del escenario y se van a cambiar a sus camarines. Termina el show, vuelve la calma y desaparece el caos. Pero no tardará en volver, sólo resta esperar hasta el próximo concierto.

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