RESEÑAS
Los creadores de la fiesta

“Es una fiesta, loco. Mirá lo que es esto, decilo en tu nota eh, decilo porque sino se pudre todo, jaja”. La declaración amenazante corresponde a un tal “Negro”, ese era su apodo según me comentó. Lo cierto es que, intimidaciones aparte, lo que dijo el amigo fue verdad.
Era viernes, y había fiesta.
Pero veamos, repasemos los ingredientes que conformaron la receta:
El lugar: El Teatro de Colegiales.
La gente: Unas 700 personas.
La banda: LA COVACHA.
Con estos tres elementos bastó como para hacer una fiesta, y, además, apareció un ingrediente que actuaría como un bonus: ese día sí se vendía cerveza en El Teatro, como no ocurre habitualmente. Entonces, estaba todo dado para disfrutar de un show a todo trapo, nada podía salir mal… nada salió mal.
Camino Empedrado
Claro que lo bueno siempre se hace esperar, pero el camino hacia el plato fuerte de la noche lo supieron andar los chicos de VIEJO EMPEDRADO, que hicieron de teloneros con público propio que les fue a hacer el aguante desde tempranito. La banda mostró cosas interesantes, le pusieron mucha garra al asunto cuando todavía la gente se acercaba lentamente al lugar, y se despidieron de la escena rock con palabras de agradecimiento destinadas a la banda de fondo.
No nos sirve el camino, si no es para andar
Ahora cambia el panorama en lo que a espectadores refiere. Si bien El Teatro nunca llegó a llenarse, el marco ya era bastante más alentador.
Con todas las condiciones dadas para disfrutar de una nueva presentación covachera, a la gente comienza a hacérsele agua la boca y lo expresan como más les gusta: “¡Baila LA COVACHA Oé Oé!” (Bis y más bis).
El telón se abre y, sin más preámbulos, podemos disfrutar de los primeros acordes de “Cuando tú no estás”, que antecede a “Presagios”.
Los fanáticos se rompen las manos en aplausos, y los chicos de LA COVACHA no piensan en detenerse, siguen haciendo su trabajo perfectamente en un comienzo de recital a todo trapo: siguen “Este lugar”, “Risas alegres” y, enganchado, “Sacudirán”.
“Muchas gracias”, son las primeras palabras abstraídas de lo melódico que bajan del escenario pronunciadas por SALVADOR –voz-, que ahora piensa en el próximo tema (“Corre, corre”) y lo regala con una especial dedicatoria a un chico que falleció el 25 de mayo.
“Bueno, la ironía más burlada”, anticipa el cantante y hace delirar a su público con el homónimo tema, seguido por “Me juego la cabeza”. Ahora, uno de los temas más conocidos del grupo de Bernal: “¿A dónde es que voy?”, tan pegadizo como bueno.
SALVADOR cuenta una anécdota del pasado de lo que hoy es El Teatro, y advierte lo que se vendría. Era “Pasional”, un tango de tinte rocanrolero muy bien interpretado por los chicos.
Pasó un tango a lo rock, y bueno, para seguir con la temática de jugar con las melodías que entrelazan dos estilos, ahorita lo que llegaba era una de mariachis, manito. Pero claro, siempre con el rocanrol como base. Se trataba del archiconocido “El Rey”. Sí chicos, la que cantaba el rubio este de uno de esos programas buscatalentos tan trillados en los años 2000 y monedas de nuestra televisión abierta. No me pregunten el nombre del tipo, por favor. Gracias.
El show sigue con temas como “Dale, dale”, “La venda”, “El sueño no tiene color” y “Desterrado en el cielo”, con una sinfonía muy de cancha de fútbol, muy rendidora también.
Ya casi termina el recital. “Modalidad barata” se anteponía al clásico “Me pongo la ‘10’”, que cerraba la noche rockera muy arriba, como de costumbre.
Ya lo había dicho el “Negro” al principio de esta nota: los recitales de LA COVACHA son siempre una fiesta para su gente. Para cada uno de ellos, y para este humilde redactor, la banda es sin dudas una de las mejores en el género rock de nuestro país. Uno dirá que nuestros dichos son subjetivos, y obviamente que lo son como cualquier opinión, pero creame que si uno llega a escuchar completo un show de LA COVACHA, esas palabras adulantes se tornarían de una objetividad casi indiscutible.
Hoy en día la imagen por poco estética de una banda define a la misma. Lo ornamental en la actualidad se devora a lo estrictamente musical, y es por eso que seguramente no se habla tanto de LA COVACHA como de muchas otras bandas que no suenan ni la mitad de lo que rinden estos pibes que se juntaron en Quilmes hace unos 12 años.
Para cerrar me quedo con una frase de la voz del grupo: “A esta fiesta la inventamos nosotros”. Y nosotros la disfrutamos.
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