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Lollapalooza Chile: Día 2

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Segunda jornada del festival, completamente diferente a la anterior: un poco más lejos del rock, y bien cerca del pop, la electrónica y la experimentación.

Segundo día del festival y este apunta a otro tipo de público: se ve gente más joven, muchas más chicas, muchos más extranjeros y como no a todos les gusta todo, las actividades extras están en su punto álgido. Ya a la hora del show de Gary Clark Jr. el calor es muy intenso, y tal vez estés haciendo cuentas para comprar un agua. No tenés que hacer nada de eso, ya que alrededor del predio el agua es gratis, para tomar y darte una ducha, literalmente. También podés encerrarte en una carpa a jugar a la Playstation o ir a la del Rock Band para intentar ganar algún premio. Incluso los niños tienen su zona en el “Kidzapalooza”, con su escenario propio, donde Taylor Hawkins toca de sorpresa con Perry Farrell de invitado cantando “Mountain Song”. Para que los purretes vayan aprendiendo de temprano.

Keane trae a todas las mujeres del festival. Hay algo que les atrae en la sensibilidad de Tom Chaplin, y si bien pueden sonar un poco edulcorados en los discos, canciones como “Is it any wonder?” y “The Last Time” logran ser un poco más intensas para conquistar fanáticos y convencer a extraños. Al mismo tiempo, una buena cantidad de gente baila en el Movistar Arena al ritmo de Poncho. Los argentinos jugaban un poco de visitante pero despertaron al tempranero público electrónico.

Para las cuatro de la tarde ya podemos contar alrededor de 50.000 personas. Es que Tomahawk  con Mike Patton a la cabeza toma las riendas, y se sabe que, en Chile, Patton es Gardel. Cualquier proyecto del cantante será siempre bien recibido entre el público, pero creo que este no fue el mejor show de la banda. Una lista muy experimental, con demasiados medios tiempos y a veces teniendo la sensación de que el cantante grita por compromiso. El show culminó con un homenaje a Bad Brains –que se presentarían luego- con “How low a punk can get”. El fin es con el homenaje country “Just one more” y la sensación es que hemos visto mejores presentaciones de Patton, la del Estadio Malvinas incluida.

Las dos bandas que levantaron más polvo se presentaban en simultáneo; Franz Ferdinand y Foals. Los liderados por Kapranos desataron la locura juvenil mechando hits con temas nuevos. Y aunque Foals todavía tiene el mote de banda revelación, el escenario Playstation también se encuentra colapsado de chicos que realmente levantan el polvo y que termina con la banda totalmente cebada tirando cerveza y arrojándose al público.

A Perfect Circle sale cuando todavía está el sol a punto. Tool es una banda realmente gigante allá y esta es la oportunidad más cercana que tendrán de verlos. Esta vez con un Maynard sin traje, el show realmente suena fuerte, pero es difícil mantener el clima logrado en el concierto de Buenos Aires debido al lugar y el hecho de que transcurra de día. No nos quedamos ahí porque en el otro escenario está por empezar Bad Brains.  Los inventores del hardcore se encuentran girando con su formación clásica y presentando su nuevo disco “Into the furure”. El público es poco pero está realmente entusiasmado, las dudas recaen sobre HR. Y el amor puede más, pero lamentablemente el cantante no. La enfermedad que ha azotado al líder de la banda por años ha hechos estragos (padece de esquizofrenia avanzada), los medicamentos lo han dejado dopado y simplemente está ido; susurra, desvaría, habla solo, no se le entiende y mientras la banda toca a toda velocidad canciones como “Attitude” o “Pay to cum”, HR las susurra como si fueran reggaes y logra un contraste poco atractivo. Una pena realmente lo que ha pasado por ellos. Pero les seremos incondicionales por siempre.

Nos quedamos ahí porque siguen los históricos Los Tres que junto a Los Prisioneros han sido las dos bandas más importante de Chile en los últimos 25 años (saquemos a La Ley de la ecuación). Tanto que a pesar de que Deadmau5 está sobre el escenario principal, logran llevar la mayor cantidad de gente al escenario Playstation, contrarrestando con su mezcla de rockabilly y música tradicional chilena. Grandes hits como “La espada y la pared”, “Dejate Caer”, “La primera vez” y “He barrido el sol” dejan a todos cantando durante una hora que fue éxito tras éxito. Por supuesto que solo de este lado de la cordillera. Una lástima que nunca hayan tenido trascendencia del otro lado, nos perdemos una gran banda.

Culminando la noche juvenil está Deadmau5 y, honestamente, será buen productor, pero como DJ deja mucho que desear. La escenografía es impactante pero Daft Punk lo ha hecho antes y con mejores resultados. Bandas y Djs que pasaron por el escenario electrónico merecen más reconocimiento que el ratón muerto.

Y coronando la noche estuvieron los Black Keys, que llevaron una impresionante cantidad de chicas sub 20, algunas ingresando solo para verlos a ellos. Al parecer tomaron nota de esto porque el repertorio estuvo basado básicamente en los últimos dos discos. A la gente parece gustarles pero no los encuentro atractivos como para cerrar semejante festival.

Dos días de mucha música y mucha diversión, y la bronca de saber que por lo menos por ahora jamás disfrutaremos algo así en nuestras tierras. Mientras nos sigan abriendo la puerta de esta forma, seguiremos viniendo.

*Fotos por Leandro Peredo

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