Lo primero es la familia

Es temprano y estamos sobrios

Noche primaveral espléndida. Estrellas, brisa, y adentro venden birra y fernet. Ruedan los vasos de mano en mano mientras la familia se va acercando al local de Av. Lacroze para compartir una velada más junto a su grupo favorito.

Cuando el reloj ya marca las 21 horas, la banda de Aldo Bonzi sale a las tablas con toda la energía para presentar su cuarto disco, el recientemente lanzado Asuntos de Familia. Eligen arrancar con Temporal (Amanece en Bagdad), el primero también de esta nueva placa, mientras Beto Olguín, voz y guitarra, se deshace en reverencias al gran público, que los recibe entre aplausos y festejos.

Tarde y lejosy Ecos, estrenos, se ubican entre los más coreados por una audiencia que no deja de sorprender tema a tema, cantando hasta la más inóspita melodía. Le siguen algunos de épocas anteriores como Hablando Solo, Mal de amores y A Callejear.

La familia

Lanzar oficialmente un disco no es cosa de todos los días. Por eso, se sumarían a lo largo de toda la noche tres vientos (trompeta, trombón y bombardino), para formar un reluciente cuarteto de vientos junto con el saxo de Martín Sarcedo; una guitarra acústica y tres señoritas en trío de cuerdas (violines y violoncello) que se lucirían en Cenizas, Fakir y Noche soñada, con la bonita simpleza de la voz y el piano de Julio Medina.

Otros que sumaron a la ya excelente presentación de los muchachos del oeste bonaerense fueron algunosde los ex Caballeros de la Quema. Junto con los integrantes originales de Los Pérez García, Mingo en bajo, Pablo Tofanari en batería, Tatú en percusión y Fede Esquivel en guitarra y coros, paraBajo un árbol se acercó con su viola Pablo Guerra, quien ya cuenta con su primer (gran) disco solista, Suelto, y el otro de la Quema que se agregó a las filas fue Martín Méndez, productor de Asuntos de Familia, que se cuelga la guitarra para Egoista y Un Vals después de todo, del lanzado en 2007, Santo Remedio.

¿Alguna canción en especial?, pregunta la voz de Los Pérez y se saca los anteojos negros que lo acompañaron a lo largo de la noche, mientras intenta leerle los labios a los espectadores, que piden y piden sus favoritos para el cierre del concierto