Lisa Stansfield: Hasta el último detalle

La cantante inglesa volvió al país después de 18 años para brindar un concierto en el Gran Rex, el lunes por la noche.

Lisa Stansfield es elegante, bella, joven y su música es producto de eso. A sus 50 años se para frente al escenario del Gran Rex con una actitud que está lejos de la diva inalcanzable que se podría suponer. Sabe que los años de fama y fortuna están detrás, y sin esa presión tal vez se permite disfrutar más de su trabajo.

El show comienza con “Can´t dance”, de su última producción, «Seven». No importa si los discos ya no se venden o no hay recambio generacional en el público. A la gente no le importa si es un hit o no; se levanta y baila. Se trata de disfrutar el show sin pensar tanto. De todas maneras, al sonar “The real thing” se siente una diferencia.

La banda es impecable, y no podía ser de otra manera: dos tecladistas, batería, percusiones, vientos, guitarras, bajos y coros. Nadie puede acusarla de venir a “robar” con el nivel que tienen sus músicos y su excelente estado vocal. Tal vez los temas bailables sean por lo que se hizo famosa, pero es en diferentes tipos de baladas cuando la inglesa se luce. “Stupid heart” la acerca a cantantes que seguramente admira, como Ella Fitzgerald, Dusty Springfield o Billie Holliday.

Ver el show es saber que no va a existir un mínimo error y que cada canción va a respetar su sonido original y a pesar de que momentos altos como “Change” o “People hold on” pueden remitir demasiado a cierta época, nunca llegan a quedar viejas, y esa es la ventaja que la artista tiene por sobre otros contemporáneos. Eso y el hecho de tener un sonido más vivo y más real en escena.

Con un show que crece en intensidad, a la señora Stansfield no le cuesta trabajo tener al público a sus pies. Ella se refugia en su carisma, su voz y un repertorio sin fallas que apunta a no dejar a nadie sentado en su butaca con canciones como “All around the world”, “Someday” o “Live together”.

Lo único «criticable» del show tiene que ver, simplemente, con gustos de cada uno y lo que busca en un espectáculo. La artista da un show perfecto y calculado hasta el último detalle, por lo que no sucede nada que no esperes. Y si uno va en busca de eso, saldrá más que satisfecho.

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