¡EXTRA, EXTRA!
Libertad a los presos por luchar

A fines de 2010, Charlie Gilmour, hijo de David, participó de una manifestación en contra del aumento de los impuestos universitarios, donde llegó a colgar una bandera británica en un Cenotafio, monumento construido en honor a los soldados caídos en combate, y protagonizar allí diferentes escenas calificadas como “escandalosas y ofensivas” por sus juzgadores.
Ahora, el joven de 21 años fue condenado por un tribunal de Londres a dieciséis meses de prisión, por lo hecho en ese entonces. Además, la justicia señaló que Charlie participó de la protesta bajo los efectos de alcohol y LSD: “Semejante comportamiento escandaloso y ofensivo es un claro signo de que estaba fuera de control ese día. Su accionar causó, con razón, indignación”, explicó el juez que llevó adelante la causa, Nicholas Price.
Por su parte, el hijo del guitarrista de Pink Floyd ofreció disculpas y dijo que el aquel día no se dio cuenta del significado que tenía el Cenotafio, algo que la corte no aceptó: “Usted ha mostrado una falta de respeto hacia los que pagaron con el mayor sacrificio, los que murieron por defender este país”, le respondieron, severos.
Desde la redacción de El Acople, por nuestra parte, nos solidarizamos con Charlie; no comprendemos cómo no fue razón de peso para absolverlo el hecho de que hiciera lo que hizo, escandalosa y ofensivamente, después de consumir alcohol y ácido lisérgico. Tal vez, con un mejor abogado otra hubiese sido su suerte. Alguien como Gabriel Novaro, por ejemplo.
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