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Lava ardiente

La noche se inició con la certera invitación a El Vuelo de la Grulla, quienes presentaron temas de su debut “Metamorfosis”. Sin descubrir la pólvora, El Vuelo sonó ajustada mostrando rock de power trío (más una segunda guitarra que podía intercambiar con teclados). El potente riff de “Sucede” o la calidez placentera de “En el camino”, algunos de los recorridos que atravesó la banda liderada por el ex Piojos Sebastián Cardero que revelan un futuro prometedor.
En la búsqueda de no repetirse se inscribe Gran Martell, no como un objetivo comercial sino como un estilo propio; un no-estilo de constante movimiento que desemboca en este volcán lado B más ecléctico poniendo distancia del anterior, centrado en un formato electro-acústico. El inicio fue con “Tragamonedas”, “Tango griego” y “Dos huecos”,todas del disco del mismo nombre, y cerrando un primer tramo con esa oscura oda al segundo puesto llamada “Tierra de campeones”.
A diferencia de la mayoría de las bandas que cuentan con un frontman definido, en Gran Martell la atención del espectador puede ir en cualquiera de las tres direcciones. Si utilizáramos términos futbolísticos estaríamos hablando de tres cracks, tres talentosos en su instrumento; por eso no hay necesidad de un cantante fijo. El virtuosismo de cada uno deja a la voz (y hasta por momentos las letras) en completo segundo plano. La tarea recae principalmente en Araujo, con varias excepciones en Jamardo, y con el debut de Fargo en “Seca dimensión”.
Algunos de los temas de este “Lado B” ya habían sido testeados, pero en la búsqueda constante de Gran Martell fueron mutando hasta esta versión definitiva plasmada en el disco-souvenir. Incluso “Ojos desiertos” evoluciona (incluida también en el “Lado A”), perdiendo intimidad, y ganando en arreglos de guitarra.
Como si la exploración fuera poca, también actualizan “Vete de mi cuervo negro”, el clásico de Almendra fusionado con un riff de Fargo. La versión del disco, grabada para el programa Much Sessions, cuenta con Richard Coleman, habitual invitado, en slide guitar. En el vivo tiene un exquisito gusto a zapada blusera en donde el ex Redondos despliega toda su habilidad.
El mayor logro de este cumpleaños de la banda (8 años de vida) no parece ser tanto la cantidad de gente, que prácticamente llenó Niceto, sino que comienza a verse un público seguidor, que conoce las letras, que arenga con cánticos y que se le anima al pogo llegando a su mayor pico en “Es igual”, de su primer disco. Incluso parece ser la insistencia de los presentes la que genera la inclusión del bis “El amigo del rey” para finalizar el show.
Cuando un conocido nos pregunta a qué se parece Gran Martell nos quedamos pensando un largo rato, y la respuesta suele ser “no sé, tenés que ir a verlos”. ¿O acaso el riff de sintetizador de “Hablar – callar” tiene una comparación cercana? La premisa nunca pudo ser mejor definida por el propio Jamardo: “Con Gran Martell siempre es menos de lo mismo”.
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