RESEÑAS
Las muñecas punkis en Flores

“¿THE TOY DOLLS de nuevo en Buenos Aires?”, “Ni en mis sueños”… Esas son algunas de las frases que deben haber pasado por la cabeza de más de uno de los que estuvieron presente en los shows, al enterarse unas cuantas semanas antes que un clásico histórico del punk rock se iba a presentar nuevamente por estos pagos.
Abordaron el escenario tras una breve introducción musical con la versión de ”The final countdown”, pasadas las 21 hs. (OLGA salió de adentro de una caja), dando comienzo a la fiesta.
Altamente esquizofrénicos en escena, sin dejar de correr por el escenario al mando de sus instrumentos, dejando escapar ese sonido característico de guitarra, y bajo una lluvia de escupidas bastante asquerosa por parte de cierto sector del público, a lo largo de las dos funciones el trío no dejó de desparramar alegrías a la multitud.
Con la misma lista de temas en ambas presentaciones (salvo que en la segunda incluyeron ”She goes to finos”), se pasearon por varios clásicos de todas sus épocas, como el caso de ”The death of barry the roofer with vertigo”, “Nellie the elephant” (originalmente una canción infantil), “I´ve got asthma”, “Back in `79”, “Dig that groove”, “Fisticuffs in Frederick street” y “Dougy Gird”. En este último, OLGA apareció con cuernitos, tridente y una cola de diablo, los cuales volaron rápidamente de su desgarbado cuerpo.
Cabe destacar el carisma escénico que demostraron. Ya todos sabemos que los años no vienen solos, pero igual no dejaron de alborotar ni un segundo el escenario, como cuando hicieron ”Idle Gossip”, con OLGA a caballito del bajista; o en ”Lambrusco kid”, con una botella gigante de champagne, la cual falló la primera noche, pero la segunda anduvo bien y disparó una lluvia de papelitos sobre la gente, y también en ”Yul Brinner Was A Skinhead”, con el guitarrista con un gorrito simulando una pelada, digna de un cabeza rapada.
Durante la hora y pico de presentación, fue una fiesta tanto arriba como abajo del escenario, donde la gente no podía creer lo que estaba viviendo, a puro bailecito y festejo.
El contacto entre la banda y la gente fue bastante fluido, ya que el cantante y guitarrista los incentivaba todo el tiempo a participar, o cuando preguntó “¿Este será nuestro último tour?”, y ante el “nooooooooo” de la gente respondió con un tímido “Maybe” (quizás), haciendo que el lugar se venga abajo.
Con un telón de fondo con la clásica caricatura de OLGA, y con los tres músicos en cuero y sin los anteojitos, la banda dio por finalizada su visita al país, dejando grabadas en las retinas de todos las inolvidables presentaciones que dieron, ya que no es algo de todos los días que una banda de este estilo nos visite.
En la actualidad, donde el punk rock está cada vez más edulcorado y con bandas que quizás no aportan nada nuevo, más de uno pudo decir orgulloso “¡Sí!, ¡Ví a los TOY DOLLS!
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