Las cosas en su lugar

Cuentenlé a los chicos

El grupo había dejado un legado muy fuerte, es por eso que su música se transmitió a nuevas generaciones. Estos jóvenes insistieron por la vuelta durante mucho tiempo con el objetivo de verlos por primera vez. Entonces, por una invitación de la productora Hellnoise Booking, decidieron reunirse después de 12 años (13 sin tocar en vivo).

Cuatro de sus cinco miembros originales, Adrián Outeda (voz), Sebastián Erbino (guitarra), Leonardo Novello(bajo) y Leonardo Muiños (bateria) volvieron a ensayar en noviembre de 2008. A ellos se le sumó Javier “Cirilo” Pesquero (guitarrista de Eterna Inocencia) en lugar de Lucas Romero, que está viviendo en España.

Con sólo tres discos (“Extremo Sur” -1993-, “Mensaje no preciso de imagen” -1995- y “Días de furia” -1996-), No Demuestra Interés influenció a muchas bandas y marcó a una innumerable cantidad de personas.

Lo que esperaban

Desde que abrieron las puertas del Teatro a las 19:30 y hasta el inicio del show a las 21, se emitieron en pantalla grande distintos videos sobre bandas que los acompañaron en aquella época. Varias de ellas continúan en actividad, tales los ejemplos de Bien Desocupados y Doble Fuerza.

Tener la posibilidad de ver en vivo a No Demuestra Interés producía en los más jóvenes una ansiedad y una adrenalina solo comparable con los shows de bandas internacionales. Los mensajes en distintos foros alimentaban aún más esta historia.

Los tres pasos que se llevarían a cabo previo al inicio (teatro a oscuras; apertura de telón; músicos colocados en sus posiciones) darían paso a esa locura tan promocionada. Después del saludo y de las palabras de Outeda, el público tomó el protagonismo y comenzó a vivir ese momento como único e irrepetible. “Fe”, “Riña” y “Superficial”, las primeras tres canciones de la noche.

La incógnita era saber en qué estado musical se encontraban. Si bien se sabía que estaban ensayando hace un año, el momento de la verdad podía generarles ciertas tensiones e inseguridades. Sin embargo, esas dudas quedaron rápidamente sepultadas cuando la banda comenzó con su descarga. El tándem que compusieron “Debes quitarte el uniforme”, “Patea el slogan” y “No es por mí”, elevó la demencia a cálculos impensados.

Un sonido pulcro, potente y ajustado acompañó a la agrupación desde el acorde inicial. Las miradas asombradas y los comentarios grandilocuentes entre los espectadores daban a entender lo que estaban viviendo. Por la prolongada ausencia, nadie esperaba e imaginaba tal perfección, aunque los años de experiencia ilusionaban.

Nuevas historias

No Demuestra Interés nunca se caracterizó por ser una banda movediza en escena; sin embargo, las propias composiciones generan ese furor en los fans. Esto se reflejó durante las interpretaciones de “Discriminación”, “Ceguera juvenil” y “Mirando mi tiempo”.

Ante algún posible desconocimiento en la gente sobre el nombre de los temas, su cantante presentó previamente a la gran mayoría. Además de esto, Outeda habló lo justo y necesario con la monada. Con respecto a su voz, demostró que la mantiene intacta, a pesar de que en su banda actual, Satan Delears, utiliza un tono de voz más grave.

En su momento, a los fans de la primera época les costó asimilar el cambio musical que la banda implantó en el álbum “Mensaje no preciso de imagen”. Pasar de un hardcore veloz a un sonido rockero no les fue fácil digerirlo. Aquel cambio en el sonido continúa produciendo cierta distancia, ya que durante el show la calma del público era evidente. Canciones como “Gente de barro”, “Miedo” o “La última canción del elefante” son algunos ejemplos.

Luego de un segundo corte, Outeda le agradeció al público por