Las aventuras de INFRADISCO y sus amigos

La noche había empezado tranquila con ECO y sus canciones agradables (aunque cuadradas). No hay mucho más para agregar, salvo destacar el gran perecido entre las voces del cantante, CARLOS ACCONCIA y el líder de TURF, JOAQUIN LEVINGTON. Muy prolijos e intentando mantener un profesionalismo y dominio de la escena, brindaron un buen momento.

A la 1.30 arrancó INFRADISCO con mucha fuerza, casi de sorpresa. Se mostraban alegres. Además de presentar el disquito (contiene solo siete temas), era el Día del Amigo y el cumpleaños de MARTIN ROMERO, uno de los guitarristas.

Fueron conscientes todo el tiempo de que esta era su noche. El sonido del lugar les jugó a favor y la iluminación también desarrolló un buen papel. Además, de casualidad, la barra hacía honor al nombre de la banda: estaba empapelada con discos de vinilo.

A lo largo de la hora que tocaron se escucharon temas como “Karina”, el destacable reggae “Escorpión” -gracias a la actuación de CRISTIAN RICCARDINI y su bajo- y, seguido de “Mondo Cane”, una versión de “Running with the dog”, de THE BEATLES.

La camaradería que caracteriza a esta banda se vio fuertemente marcada en “Resucitar”, en donde los coros eran compartidos como caramelos entre CRISTIAN, DAMIAN, MARTIN Y PATRICIO.

La gente, que en un principio estaba sentada, empezó a pararse y a acompañar a la banda en todo su repertorio que terminó con el cover de “Nos siguen pegando abajo”, en honor a su invitado. El combo público incluye, obviamente, a GARCIA, que bailó al ritmo del tema.

Bonus track INFRADISCO ya había terminado. De hecho se habían sacado casi todos los equipos del escenario. Sin embargo, la decisión pareció corresponderle a CHARLY, quien un rato más tarde se acercó y compartió una zapada eléctrica con SEBASTIAN ROMERO en la batería y CRISTIAN en el bajo.

Una noche de sorpresas, tanto para el grupo como para la gente. El lugar más oscuro y oculto de la zona que rodeaba a la esquina de Gorriti y Fitz Roy (cuesta encontrarlo si no se aclara bien dónde es) tuvo luz propia. Conclusión: el pedido de “una más y no jodemos más” hubiese sobrado.