RESEÑAS

La Renga detonó en Comodoro Rivadavia

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Desde entonces, un puñado de jóvenes aguardaba en la puerta del hotel esperando la salida de sus ídolos para poder intercambiar unas palabras, o para verlos, o para darles un apretón de manos.

El sábado 25 comenzó la peregrinación. Llegaron por la ruta desde Río Mayo, Río Negro, Gesell, Berisso, Madryn, Santa Cruz. Banderas y remeras rengas que se hicieron parte del paisaje Patagónico.

En los momentos previos al show, el público ya se empezaba a preparar para lo que sería una verdadera fiesta, con cánticos para todos los gustos. La puesta en escena mostraba un rostro asfixiado en el telón del fondo.

Pasadas las 23:30 se apagaron las luces para dar paso a unas imágenes en la pantalla que se ubicaba arriba del escenario. Entre gritos, corridas y bengalas, la gente comenzó a saltar hasta que salió la banda para comenzar la fiesta con los primeros acordes de Al que he sangrado. Al finalizar Tripa y Corazón, que sonó tan potente como para que TETE inaugurara sus veloces carreras por todo el escenario, llegó el saludo de la banda.

El show se dividió en tres tiempos. En la primera parte la banda mas multitudinaria del Rock Nacional presentó las canciones del simple Documento Único, que fueron tocadas con una potencia infernal. Como en River, en Hielasangre la pantalla mostró imágenes de Kosteki y Santillán, los jóvenes asesinados. Seguidamente, con una introducción recitada para Estalla , que literalmente terminó estallando con furia hasta reventar la garganta del Chizzo con esa crudeza que lo caracteriza y en donde todas flasheamos.

En la segunda parte, un popurrí, repasó piezas que parecían olvidadas como Bailando en una pata, de Esquivando charcos y de Adonde me lleva la vida.

Entre los 28 temas que se descargaron esa noche se pueden destacar algunos hits, tales como: El Revelde, La Balada del diablo y la muerte, donde la armónica de Manu endulzó la noche mientras miles de encendedores iluminaban el lugar, La nave del olvido y El rito de los corazones sangrando, fueron cantados por un público que saltaba y disfrutaba del show. El final es donde partí, con una variante en los vientos a cargo del Chiflo, Lo frágil de la locura, y un tema viejo que parecía nuevo Vende Patria Clon. La guitarra del Chizzo sonó en primer plano, conmovedora, electrizante, única, con un solo que rajó la tierra. Por supuesto sin olvidarnos de Tanque y de esa fuerza, de esa energía y de esa potencia de una batería pegando a mil.

Así dieron por finalizado el show con el himno renguero Hablando de la Libertad. Después salieron a saludar a los mismos de siempre. Comodoro fue protagonista de un recital impecable de rock duro, directo, sencillo, muy enérgico y tocado a volumen brutal.

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