RESEÑAS

La primavera de CIELO RAZZO

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En este momento del rock local pasan cosas como estas: CIELO RAZZO, banda rosarina de rock que hace dos años llegaba a Buenos Aires a tocar para 400 personas en el Centro Cultural Catedral, llena Obras.

“Yo los vi tocar para unas 600 personas en el (estadio) cubierto de Central, y verlos hoy acá es de no creer. Los primeros tres temas me lloré todo, llenar Obras es una locura”, contaba Matías mientras revoleaba una remera de LOS VANDALOS -banda que abrió la noche- y bailaba a los gritos junto con su hermano, con quien vino desde Rosario a ver el show.

“Lo empecé a escuchar en la radio, y como me gustó mucho me compré el disco, que también me encantó, entonces me compré todos al final”, dijo Sofía, una rubiecita de 17 años que disfrutó con sus amigas por primera vez un show de la banda.

“Nosotras tres íbamos a verlo hace 4 años a Federico T, un boliche de la zona norte de Rosario donde solo pagaban los hombres y las mujeres pasaban gratis. Haber venido acá y ver toda esta gente es impensado. Nos pone contentas por los chicos, que se lo merecen”, indicaron Malvina, Paola y Mariela, que se delataron rosarinas por la remera canalla.

Este era el cuadro de situación; muchas niñas y una fuerte presencia rosarina, para que CIELO RAZZO salga a escena con una exagerada puntualidad que dejó a varios sin los primeros temas.

La banda abrió la noche de la mano de “Alma en tregua” y recibió una ovación que fue acompañada por una marea de globos celestes y blancos desde una euforia difícil de explicar.

Apoyados en la cálida voz de PABLO PINO y un protagonismo loable del percusionista JUAN PABLO BRUNO, entregaron sus rocanroles amables y sentidos que tienen una llegada muy prolija a los oídos del público, y también a sus corazones, ya que la velada tuvo un tinte muy pasional.

El septeto –también hay teclado- es muy claro en vivo; desde la base hasta la voz suenan fielmente a sus discos, lo que denota cierta calidad aunque a veces la situación aclame una gambeta de más.

Cada una de sus canciones puede aspirar a hit, desde el primer acorde van pidiendo pista para explotar en estribillo y así las vive su público, que delira con temas viejos y nuevos de la misma manera.

Tuvieron lugar para ensayar un electroacústico donde sonó “Esa Brisa”, y también para hacer un íntimo entre el cantante y el violero DIEGO ALMIRON llamado “El silencio del Ave”. “Vueltas” amagó con ser una chacarera con una intro que pide palmas, y el baterista JAVIER ROBLEDO logró un solo que se convierte en “Perseguido”, primera perla de una seguidilla que incluyó “Que se yo”, “Luna” y “Carne 2”.

La noche terminó con las palabras emocionadas de PABLO, que se pone mimoso a lo WALLAS y dice: “Gracias x el amor, los queremos mucho y ustedes saben que es verdad”. Agradece a Buenos Aires, a “Rosario por venir”, y se abraza con todos sus compañeros ante un público que se va lleno de canciones, de coros pegadizos y de tambores retumbando en sus cabezas.

El sube y baja está funcionando cada vez más veloz, y sólo los que demuestren sus grandes razones seguirán convocando cuando, en un futuro, este estallido comercial vea su fin. CIELO RAZZO mostró credenciales el último sábado y su gente los premió con la ovación, de ellos depende estirar la primavera.

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