RESEÑAS
La naranja melódica

La vaca holando-argentina, el gol de Luque en el mundial ’78 y la devolución de gentilezas por parte de Bergkamp dos décadas más tarde, la princesa Máxima Zorreguieta… el miércoles pasado en Unione e Benevolenza DORIS y MIST agregaron un nuevo episodio a la relación entre los Países Bajos y la Argentina.
Los locales combinaron con buen gusto distorsión, exploración sonora y delicadeza pop en un escenario atravesado por una extraña red. Por talento, imagen y actitud, DORIS se perfila como una de las promesas más consistentes del under alternativo. El sábado 5 de junio tocarán en la sala A/B del C.C. San Martín por $1, en un ciclo muy interesante por donde ya desfilaron ME DARAS MIL HIJOS, FANTASMAGORIA y ARIEL MINIMAL, entre otros. Ningún rocker de paladar negro debería perdérselos.
¿Y MIST? En los medios argentinos se los definía como indie y dream pop, pero la descripción más acertada la dio un espectador, que al ver a RIC TREFFERS (el cantante, guitarrista y compositor del grupo) le encontró un parecido físico a STING y a CHRIS MARTIN de COLDPLAY. Minutos más tarde todos nos daríamos cuenta que la semejanza también era musical. Melodías sencillas con un tono melanco-depresivo para escuchar relajados (casi todos siguieron el recital sentados) y letras en inglés sobre conflictos amorosos remitían casi instantáneamente a la obra de esos cantautores británicos.
Como el hipocampo de la tapa de We Should Have Been Stars, el disco de los holandeses que se podía comprar a la salida del show, en sus temas no galopan ni trotan, sino que se deslizan con elegancia y refinamiento. Calidad y calidez hechas en Holanda, ni más ni menos.
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