RESEÑAS
La magia intacta

Un calentamiento extenso
Dark Whisper fue la primera banda en salir en escena y la última en agregarse a la fecha (solo se los anunció diez días antes). Tal cual sucedió en el show de Paradise Lost, volvieron a dar una buena muestra de sus cualidades. Sonando aún mejor que en aquella oportunidad y con una soltura mayor, recibieron buenas criticas de parte del público. Aparte de mostrar canciones de su primer disco, a salir el próximo año, se despacharon con un cover de After Forever: “Monolith of doubt”.
Catalogar a tu música como “Metal & Opera”, genera que los demás te observen de una manera más exigente y te busquen errores. Con Dominus Inferi sucedió exactamente esto. Más allá de que hayan ofrecido un correcto set, con un buen audio y una puesta en escena interesante, las antenitas estaban a la orden del día. Tocaron varios temas de su álbum debut, “Age of darkness”, tal es el caso de “Show me your light”.
Desde Rosario, llegó la gente de Häxan & Witchcraft Concert, quienes con su gothic metal cautivaron al público en un inicio. A medida que el show transcurría, estos fueron perdiendo interés, posiblemente por lo repetitivo de su propuesta. Quizás si hubieran optado por melodías algo más heavys, la despedida hubiera sido más efusiva. Tocaron todas composiciones propias, como por ejemplo, “Nocturnal in cm”, “In the dark of the universe” y “Winter”. Esto es para destacar, ya que es algo que no ocurre habitualmente.
En cuarto lugar, y tras una espera de media hora, For Everness salió escena con el propósito de dejar a la masa encendida para lo que vendría. Con los covers de Within Temptation y Lacuna Coil lograron con creces su cometido, aunque con las canciones propias también tuvieron buena recepción. Su cantante, Mariana Rizzo, demostró un buen manejo del escenario, además de contar con un agradable tono de voz. Como todas las agrupaciones anteriores, sonaron de buena manera y se pudieron mostrar ante la gran masa.
Los querías ver, ¿no?
Cuando el reloj marcaba 22hs, el estadio quedó a oscuras. En ese momento comenzó a sonar la introducción, la cual fue acompañada por los cánticos de sus fanáticos y por la infinidad de flashes que el público disparaba desde sus cámaras fotográficas o celulares. A medida que el largo preludio acontecía, la expectativa del público iba en aumento.
El clima ideal llegó con la aparición de su baterista, Jukka Julius Nevalainen, y luego con el ingreso de Tuomas Holopainen (compositor, ideólogo y tecladista). Con ellos dos en su posición, empezaron a sonar los primeros acordes de “Bye Bye Beautiful”. Marco Tapani Hietala (bajo y voces) y Emppu Vuorinen (guitarra) se sumaron instantáneamente, para que, por último, Anette aparezca en escena.
La masa respondió muy enérgicamente desde el comienzo, ya sea cantando, saltando o pogueando en cada una de las melodías. Quizás las viejas canciones eran recibidas con mayor entusiasmo, como el caso de “The siren”; sin embargo, una reciente como “Whoever brings the night” también era aclamada con vehemencia. Más allá de todo lo que ocurrió en la interna de la banda, el público extrañaba en demasía a los fineses, es por eso que se manifestó de tal manera.
Mirá la sueca
Desde su incorporación, Anette sabía que iba a ser analizada con detenimiento. Por tal motivo, Tuomas y compañía, con un buen razonamiento, decidieron elegir a una cantante con una voz más melódica y no tan clásica como la de Tarja. A pesar de la correcta decisión, el grupo no pudo lograr que, tanto la prensa como su fans, no entren en las clásicas comparaciones. Sin embargo, al escucharla entonar “Come cover me”, no puede existir ningún cuestionamiento.
Ella desde el escenario enamoró al público de movida. Su sonrisa permanente, su carisma natural y su entrega total provocaron este cariño. A esto le agregó u
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