RESEÑAS

La forja de LA DE MORA

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La Forja es un lindo bar, que tiene un escenario pequeño, rodeado de mesas y sillas acá y allá. También hay cuadros por todas partes; tanto obras del arte pictórica como retratos de figuras políticas y literarias. También hay libros, en una biblioteca enorme; por ejemplo, uno con la cara sonriente de CARLOS “CHACHO” ÁLVAREZ, ex vicepresidente de Argentina, en la tapa.

A eso de la una, cuando todas las mesas estaban ya servidas y los instrumentos afinados, LA DE MORA arrancó el show, tocando “Desencajado”, que mostró a DAMIÁN, primera guitarra, con problemas con su instrumento, que fueron solucionados antes de empezar con la segunda canción.

PABLO, el cantante, lució una remera con la inscripción “Nada” en el pecho de la misma, y COCO, bajista, vistió con hidalguía un sombrero piluso. Por su parte, DAMIÁN tocó las primeras canciones con bufanda; justamente, se lo notó frío durante las mismas, pero después pareció entrar en calor y hasta se sacó ese abrigo de cuello.

En este recital se produjo el estreno en vivo de DAMIÁN, que reemplazó a JUAN, que a pesar de haberse ido de la banda, estuvo presente para ver a sus ya ex compañeros de grupo.
A modo de presentación del nuevo violero, hicieron un pedacito de una canción de STEVE RAY VAUGHAN, en la que el guitarrista se lució.

Promediando la mitad del concierto, los músicos se sentaron sobre unas banquetas largas, a excepción de JUAN, el baterista, que lo hizo sobre el cajón que golpeó durante el par de temas que hicieron de modo acústico. Llamó la atención que una de esas canciones no tenía nombre; PABLO dijo que el que tirara el nombre más original, tendría el privilegio de bautizarla. Un pibe tiró “ponele `No creo en el día del amigo’, pero su sugerencia fue rechazada, tal vez no oída.

En más de una oportunidad, el cantante mencionó la página de Internet del grupo. Y en la cuarta vez que lo hizo, de modo encubierto pero adrede, demostrando con intención que quería seguir fomentado la visita de la misma, a un pibe le causó gracia y soltó la carcajada. El resto del público, en silencio absoluto. El pibe que rió, enojado por la actitud del resto, soltó un duro “ríanse, caretas”, que también dejó aliento a alcohol en el aire del lugar.

Para el final del recital dejaron un par de canciones de esas que cuentan historias, “El diablo” y “Los duendes”, y un rock and roll: “Fama”. Sin embargo, el público no aceptó el saludo de despedida que anunciaba el fin del show y reclamó por un tema más, y la banda le dio el gusto. Pero parece que no fue suficiente, porque la gente volvió a pedir una canción más, y el grupo, que ya estaba desarmando todo, decidió colgarse los instrumentos otra vez y hacer, ahora sí, una última canción más.

En un lindo lugar como La Forja, tal vez más apto para algo tranquilo que para una banda que haga rock and roll, LA DE MORA dio un recital que tuvo diversos climas, desde lo acústico a lo más rockero. El público, que asistió en buen número al punto de casi llenar el lugar, disfrutó de este nuevo show de esta banda que, como tantas del under argento, sigue creciendo, paso a paso.

Redacción ElAcople.com

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