RESEÑAS
La fiesta que no fue

El coreo de las canciones se entremezclaba con los gritos de indignación. Después de 6 temas vino un obligado intervalo. “Esto fue un error del lugar, un error nuestro. Fue un error de todo el mundo. Sin la gente que está afuera esta fiesta no puede ser, así que vamos a hacer un tema más para que todos se vayan con una sonrisa”. Ese fue el mensaje del cantante JUAN “PITI” FERNANDEZ, al regresar al escenario, ante el descontento general. Lo último en sonar fue “El sensei” con exclamaciones del público del estilo “Hernán está afuera” en la estrofa que rezaba “armate uno Hernán”.
Pero, ¿cómo fue que se llegó a este final? Giremos las agujas del reloj y vayamos a las 22.40 cuando empezó el recital con el saludo de PITI: “hubo quilombo con las entradas”. Pero quilombo era una palabra que a esa altura quedaba chica para describir lo que estaba pasando afuera de El Condado, en pleno barrio de Palermo. El lugar tenía capacidad para 500 personas y se llenó. Hasta ahí iríamos bien de no ser porque todavía quedaba en la calle gente con su ticket, familiares del grupo y varios medios de prensa acreditados que tenían problemas para entrar.
La puerta se transformó en un embudo dirigido por un responsable de seguridad al que desde los organizadores hasta los familiares de los integrantes de LAS PASTILLAS DEL ABUELO intentaban calmar porque estaba demasiado alterado. El clima terminó de caldearse cuando “La 20”, la barra seguidora del grupo, quiso entrar. Bombos y pirotecnia terminaron enmarcando la pelea con el irascible hombre de seguridad.
Adentro, después de un video, el show comenzó con “José”. Varias mesas de la parte de abajo se corrieron para poder saltar después del reggae “Peldaños”, y con el candombe bautizado “Saber cuando parar” vino el anuncio por parte del cantante: “Hay 300 personas que se quedaron afuera”. Más adelante se corregiría diciendo que eran 150. Rodó otro video más que mostraba a muchos de los que en ese momento arengaban del otro lado de la valla bajo la llovizna.
Había una dicotomía constante: bronca por la desorganización y alegría por estar en la presentación de “Por colectora”, el primer disco del grupo. Después del ska rockero “Calipso” la banda se retiró de las tablas prometiendo regresar en 5 minutos (que terminaron triplicándose). Volvieron, pero para despedirse. “Muchas gracias. Les prometemos que la próxima no va a pasar”, fueron las últimas palabras que quedaron repiqueteando en el ambiente.
El primer viaje del álbum de LAS PASTILLAS DEL ABUELO no se pudo completar. El destino era el festejo con la presentación de los nuevos temas junto con los clásicos, pero quedó trunco. El camino no es fácil en la era pos Cromañón.
1 Comentario
Tenés que estar logueado para escribir un comentario Iniciar sesión