RESEÑAS

La cumbre del thrash

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Los metaleros de parabienes: con una inolvidable fecha a cargo de los californianos Exodus y los alemanes Kreator, el martes, en el barrio de Flores, se vivió una intensa jornada a base del más puro thrash metal.

Con un montón de gente en la vereda, y una gran cantidad dentro, de a poco los locales Criptofonia, Síndrome y Angorya fueron preparando el escenario para lo que vendría luego.

Ya con el recinto hasta las manos, Exodus salió a matar o morir. Con el cantante Rob Dukes encendidísimo desde el primer momento, trepándose a las cajas de sonido e incitando a la gente a que se muela a golpes, los californianos arrancaron su set con la más que acertada “Bonded by blood”.

A partir de ese momento, el local se convirtió en una masa humana que no paró de moshear, saltar y molerse a palos felizmente durante una hora. A puro riff y machaque, Exodus hizo un gran repaso por su discografía, como el caso de Metal Command”, “A Lesson in Violence”, “Toxic Waltz”, “Faboluos Disaster”, “Piranha” y “Strike of the beast”, entre otros tantos, dejando todo en escena.

Como es su costumbre, el combo formado por Gary Holt y Lee Altus en guitarras, Tom Hunting en batería, Rob Dukes en voces y Jack Gibson en bajo dejó en claro que por más que pasen los años -y a lo largo de su carrera hayan tenido varios cantantes- Exodus es un grupo que siempre sorprende en vivo y deja una buena imagen.

La espera entre ambas bandas fue realmente larga, lo que generó cierto enojo en los presentes, ya que para un martes era tarde, pero eventos como estos no suceden todos los días.

Pasadas las 22:30, llegó el turno de Kreator. En esta oportunidad, con Marco Ninnemann en reemplazo de Ventor tras los parches, debido a unos problemas personales que hicieron que este último no pueda embarcarse en la gira sudamericana. Los comandados por el gritón Milo Petroza, como es su costumbre, salieron con los botines de punta.

Al igual que en el show de 2007, los teutones brindaron una catarata de hits coreados por todos, incluso con algún que otro intrépido que logró burlar a la seguridad y subirse al escenario para pegar algún alarido por micrófono. La ausencia de Ventor en los parches fue más que bien sustituida por parte de Marco, que además de ejecutar los temas a la perfección también dejó boquiabiertos a todos con el solo de batería que hizo sobre el final del show.

Paseándose por varios clásicos, no dejaron cartucho dentro del rifle y, desde el comienzo con “Choir Of The Damned” hasta el final con el clásico “Tormentor”, los germanos dieron una interesante lista basada en canciones como “Flag of hate”, “Violent revolution”, “Extreme agresion”, “Coma of souls”, “Pleasure to kill”, “Terrible certanity”, entre otros varios.

El thrash atacó nuevamente en Buenos Aires y arrasó con todo lo que tuvo adelante. Se espera por más shows como estos en poco tiempo.

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