PELÍCULAS
Jurassic World: lo pasado pisado
Llega la cuarta parte de la historia que protagonizan seres enormes sin tiempo, que busca respetar la historia madre distanciándose de la primera de la saga, en la búsqueda de un sello propio con muchos efectos especiales y no demasiado por contar.
Este es el año en el que la cartelera no se ha renovado demasiado. La moda indica que las remakes lideran la taquilla. Entonces, o no hay ideas, o la tentación de tomar una idea de otro y reutilizarla se aggiornó y acompaña las campañas ecológicas de reutilización de las cosas. Lo cierto es que, en lo que va del año, vimos versiones de películas de robots, secuelas de películas de superhéroes, precuelas de héroes de cómics, películas que atemorizaron en los 70´ y quisieron asustar en el nuevo siglo, y muy poco de lo nuevo, casi nada de las ideas que surgen para quedarse un tiempo, que descansan en la pantalla, que se enamoran de la retina y que disparan la mente.
Quizá por sumarse a la tendencia, o quizá porque perdió una apuesta (nunca lo sabremos), Steven Spielberg decidió que se resucitara a los monstruos de otra era, que en 1993 con anteojos de cartulina y papel celofán para disfrutar de un 3D que recién llegaba a las salas argentinas, nos habían atemorizado en Jurassic Park. Pensar que a partir del ámbar formado en un árbol, con un mosquito conservado perfectamente dentro que contenía sangre de dinosaurio, podría -con tecnología, dinero y la megalomanía de un viejo millonario caprichoso (Hammond)- dar vida a seres extintos por la ley del caos y la tendencia entrópica del universo, era algo maravilloso. El público respondió enseguida. Las taquillas estallaron, y recaudó 47 millones de dólares en su primer fin de semana de estreno. No hay cifras exactas, pero de seguro aumentaron la cantidad de niños que quisieron ser paleontólogos, y también los que con una cuchara con gelatina reproducían la famosa escena del primer filme.
La película fue épica y la epopeya gestó un segundo capítulo merecido y necesario: «El mundo perdido». Después de la destrucción del equilibrio natural, de los ecosistemas y del nuevo orden, era conveniente un retorno a las fuentes para la preservación de las especies y conservar los intereses de Hammond. La tercera parte, en 2001, no era tan necesaria; y al parecer, esta cuarta de 2015 tampoco.
Dentro de los márgenes de las sagas, los límites debieran ser franjados por la cordura y no por la avaricia: «Jurassic World», más allá de contar con la producción y de seguro la supervisión de Steven Spielberg, no hace justicia al potencial argumental de la historia. Esboza en cambio, un delirio infantil, un intento de conformar con los ejemplares jurásicos un ejército. Hacer de las especies maravillosas que descansan en los libros de biología, un arma letal para posibles enemigos.
Con el candor de la situación de beligerancia mundial, el dispositivo arma/defensa viene resultando bastante rendidor. En este caso no alcanza para sostener este innecesario manoseo a la master piece de Spielberg: enredado en su argumento el filme se torna de lo más previsible. El primer capítulo nos ofrecía tiranosaurios que arrancaban hombres de baños químicos y se los comían por la cabeza, velocirraptores astutos, triceratops que conmovían, sobresaltos por doquier, tensión, sorpresa. La naturaleza más ficticia devenía en metáfora, y la manipulación del medio ambiente y la relación del hombre con su entorno se hacían presentes con estilo, una estética impecable, una astucia impoluta. La última de la saga ha demostrado que más que saga, el Mundo Jurásico ha devenido en una franquicia.
Esta última película servirá para satisfacer a algunos cultores de la marca, y para vender muñecos de dinosaurios, entre los que, dadas las actuaciones de los protagonistas (Chris Pratt, en el papel de una especie de Indiana Jones olvidable, y Bryce Dallas Howard, que sobreactúa el papel de una estirada empresaria) podrían sumar a sus personajes humanos. La llanura de los diálogos, la inverosimilitud de las actuaciones y la poca complejidad de una historia que carece de sustento lógico, hacen de esta una película que, como la resurrección de los dinosaurios, no tiene mucho sentido en la realidad. De todas formas, los efectos especiales harán que, con pochoclos y sin prestarle demasiada atención para evitar crispaciones, la película alcance lo digerible.
FICHA TÉCNICA:
Jurassic World (2015, Estados Unidos)
Dirección: Colin Trevorrow.
Guión: Colin Trevorrow, Derek Connolly
Reparto: Bryce Dallas Howard, Irrfan Khan, Ty Simpkins, Vincent D`Onofrio, Chris Pratt, Nick Robinson
Duración: 124 minutos
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