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Johnny Marr: canciones inexpropiables

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A poco más de un año de su última visita, Johnny Marr regresó a Buenos Aires para presentar “Playland” en un desbordado Niceto Club.

En cualquier divorcio musical casi siempre el cantante ha ganado la custodia del público masivo, mientras que el guitarrista parece solo haber obtenido un régimen restringido de visitas (sino pueden preguntarle a Skay Beilinson). Sin embargo, quizás esto se traduce en una menor presión aprovechada por Johnny Marr en este “regreso” con dos discos en apenas dos años.

Con puntualidad británica Marr irrumpiría a las nueve de la noche para iniciar con “Playland”, tema que da nombre a su nuevo disco. Quizás no haya sido la mejor elección para calentar la fría noche porteña, pero enseguida sonó “Panic”, primera de seis incursiones en el cancionero de su antigua banda, para que el público se encienda en el grito final y reiterado para que cuelguen al DJ (“Hang the DJ”).

La noche continuaría con “The right thing right” y “Easy money”, primer corte de «Playland». La lista de temas aportó dinamismo al show; se intercalaron temas de sus dos discos solistas (además de un par de covers), aunque los incluidos en “The Messenger” funcionaron bastante mejor que los de su trabajo más reciente. “Generate! Generate!” fue uno de los puntos altos junto con “Upstarts” (reservada para los bises).

No descubrimos nada al elogiar el rango vocal de su ex compañero Morrissey; sin embargo, en la voz de Marr las composiciones de los Smiths adquieren una frescura renovada y si bien los temas nuevos del guitarrista fueron bien recibidos, el público vibraba aún más alto con los de su ex banda, se encendía de una manera incomparable como ocurriría con “Bigmouth strikes again” y más aún con el majestuoso clásico “There is a light that never goes out” (imposible no cantar a los gritos el épico estribillo).

Podemos enumerar una larga lista de guitarristas virtuosos, explosivos y veloces como rayos, pero un mérito aún mayor es cuando un violero logra crear un sonido propio, cuando su ejecución es reconocible en una fracción de segundo, entonces estamos ante algo aún más especial. Johnny Marr lo logra: su Fender Jaguar se respira en cada punteo, su estilo está tatuado en los maravillosos flashbacks a The Smiths y también en varias de sus nuevas composiciones.

En los bises llegaría “Stop me if you think you’ve heard this one before” para volver a vibrar en una altísima frecuencia con el público, el guiño a Depeche Mode con “I feel you”, y finalmente otro himno Smith: “How soon is now?”. La banda que lo acompaña suena realmente ajustada pero elude la parafernalia dejándole toda la atención a Johnny, a quien no le pesa el rol de frontman. Su voz suena infalible, su guitarra afilada como siempre, y sus movimientos en escena son los de un hombre seguro de lo que hace. La aduana podrá confiscar sus instrumentos, pero las canciones de Johnny Marr ya son, a esta altura, inexpropiables.

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Redacción ElAcople.com

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