RESEÑAS
Jamaica en Buenos Aires

Como previa y para calentar el recinto palermitano colmado, se presentaron los Holy Piby. Los muchachos de zona sur cumplieron con un show corto en el cual presentaron el video clip del tema Revolution, de su segunda y muy buena producción Is Coming.
Para cerrar su set, y como venían haciendo con I Shot the Sheriff, esta vez el turno fue para la inmejorable versión de Master Blaster, de Stevie Wonder. A esta altura, podríamos decir que son especialistas en reversionar viejos temas.
La isla cada vez más cerca
Turno para Apple Gabriel y su bastón, que fue partícipe de innumerables bailes. Aparece la banda de origen brasilero que oficia de backing band a la mayoría de los artistas jamaiquinos que salen de gira por Europa y Sudamérica. Apple, como un pastor que pronuncia mensajes de alta carga religiosa, transforma todo en una especie de misa rastafari.
El repertorio de Apple recorre mayoritariamente su trayectoria por Israel Vibration, grupo al que perteneció por casi 30 años y que abandonó en el año 1997 para dar comienzo a su carrera como solista. No faltaron clásicos como We a de Rasta y There is no End, cerrando un show explosivo con el clasiquísimo War.
Confirmado: Buenos Aires es Kingston
Ya tarde, ahí estaba de nuevo Don Carlos, con sus largos dreads y su blanca barba, de impecable negro. Jamaica en Buenos Aires. Eso era lo que se respiraba y lo que cada uno de los presentes sentía. Cerrar los ojos y sentir que estás en Kingston, y que el tiempo puede retrodecer tranquilamente 20 o 30 años.
Sus inmaculados zapatos de charol blanco y punteras negras no paraban de brillar y de moverse al compás de la música.
Temas hubo para todos los gustos, pero los puntos altos fueron con Young Girl, Satta Massagana y Ababa John I.
Entre la gente se podía ver a artistas de la escena local, como Dread Mar I, que nos dijo que era como un sueño hecho realidad ver a los músicos con los que creció y escuchó toda su vida y que realmente estaba muy feliz.
El público tuvo el buen gesto de cantarle el feliz cumpleaños (que había sido la noche anterior) mientras su hijo más pequeño le acercaba la torta para que soplara su velita número 67.
Un evento de altísimo vuelo y con artistas de una jerarquía intachable. Los mensajes de amor de Don Carlos todavía flotaban en el aire para dejarnos ir a nuestras casas en paz, luego de una extensa noche de roots.
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