RESEÑAS

Ilusiones y esperanzas

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Después del show del sábado 13 de junio en el lugar del Palermo y tras la suspensión del siguiente (el viernes 17 de julio), Sig Ragga estaba de vuelta para continuar mostrando las canciones de su álbum debut. Ahora sí, El Acople se hacía presente para corroborar en directo porque se habla tan bien de ellos.

Lo merecen

Sig Ragga lanzó en marzo de este año su disco autotitulado luego de 12 años de trabajo, el cual contiene 12 canciones y fue producido artísticamente por el tecladista de Los Pericos, Diego Blanco. Éste recibió muy buenas críticas en los medios especializados argumentando que esta aglutinación de géneros le da nuevos aires al reggae.

Después del show de Barilari, The Roxy Live Bar se reacomodó volviendo a su estructura original con las mesas en todos los sectores de la parte inferior. Una vez que el público ocupó las instalaciones, Sig Ragga no demoró en salir, de modo que a la 1:20 ya estaban en escena. La canción “Puntilla if Kaffa” fue la que dio el puntapié inicial y con la que comenzaron a demostrar su alta dosis de originalidad y buen gusto.

Además de la música, la banda transporta al vivo elementos del cine, el teatro y las artes plásticas. Su imagen circense impacta de movida y causas distintos retratos en el espectador. También sorprende ver a su vocalista, Gustavo Cortés, casi oculto detrás de un teclado doble en el centro de la acción, ya que no es frecuente y sobre todo en el reggae. Esto quizás le quita un poco de comunicación y cercanía con los asistentes.

Si a estas particularidades le sumamos la hermosa y sentimental voz de su cantante, que funciona como un instrumento más debido a sus diferentes matices, la contundencia del grupo es aún mayor. Los climas musicales creados le dan un marco ideal a la propuesta, que con las siguientes “Matata”, “Resistencia indígena” y “Severino di Giovanni” quedó bien representada.

A prestarles atención

La banda la completan Ricardo Cortés (batería), Nicolás González (primera guitarra y voces), Juanjo Casals (bajo), Adrián Silva (coros y percusión) e Ignacio Casablanca (segunda guitarra). La unión de tantos años se percibió en el vivo, tanto desde el sonido logrado como desde la ejecución. Siguieron, entre otras, con las bellas “Continuidad de lo indeclinable” y “Orquesta en descomposición”.

Solo hubo dos invitados durante el set, el cual duró poco más de 60 minutos. Ambos subieron para tocar los teclados, entre ellos, su productor, Blanco, que participó en “Feliz”.

Tras dos minutos de break regresaron en formato de trío con “Moon ska” y “El tren”, en donde obtuvieron un sonido más intimo. Se despidieron con “El niño del jinete rojo”, canción pedida por el público en varios momentos del show.

Como se sabe, el reggae ha crecido a pasos agigantados durante los últimos años en la Argentina. Sin embargo, esta popularidad no estuvo acompañada del prestigio necesario, ya que siempre se dijo del estilo que es una música vacía y pasajera. Sig Ragga surgió hace tiempo para mostrar algo diferente gracias a una propuesta avanzada, y que recién ahora pudo alcanzar un cierto reconocimiento tras la edición de su primer disco.

Redacción ElAcople.com

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