SHOWS
Honestidad brutal

El tener un discurso político en tu arte te condiciona. No importa que tanto te esfuerces, siempre vas a tener que ceder en algo; no podés estar fuera del sistema. Si hilás fino no podés ensayar con tu banda porque estás pagando la luz a un monopolio mientras millones de personas mueren de hambre. Biafra lo sabe, Rage Against The Machine lo sabe, Fugazi lo sabe. Sin embargo tenemos la necesidad de alguien que se oponga y grite ciertas verdades, y que después no toque en algún festival sponsoreado dándosela de comprometido. Necesitamos creer en la honestidad de alguien.
Biafra puede levantarse como uno de los pocos intachables de la historia del rock, coincidas o no con su posturas y creencias. La Guantanamo School of Medicine es su primera banda como tal en mucho tiempo. Claro, es un tipo metido en un sinfín de proyectos: desde su trabajo con los Melvins hasta Lard junto a Al Joursen de Ministry. Pero esta es la primera banda dedicada al oficio de ser banda. Eso significa grabar y girar. Con ya dos grandes discos en su haber, puede mantenerse sin recurrir a la nostalgia. De hecho el show comienza con una seguidilla de estrenos que seguramente formarán parte del próximo disco: Brown lipstick parade, John Dillinger y Barack Star O Bummer.
Ya se darán idea por dónde va el concierto: una banda sólida, bajada de línea y el discurso de Biafra canción tras canción. La toma de Wall Street, la impunidad de los responsables por la guerra, el negocio de las cárceles privadas, la lavada de manos de Obama, el terrorismo de estado y los desaparecidos durante la historia. Muchachos, acá no se escuchan cosas sobre cómo la novia se te fue y no podemos vivir sin ella. Biafra es un torrente de información que explota a través de su voz o de su banda.
Si bien el grupo podría hacer un show exclusivamente de sus canciones y no aburriría, lo cierto es que al sonar canciones de los Dead Kennedys el panorama es otro. Niceto se transforma en la sede del campeonato nacional del mosh. ¿El campeón? El mismo Jello Biafra que se tira a su público durante California Uber Alles, dedicada al gobernador Jerry Brown en años pasados, hoy la víctima es Arnold Schwarzennegger. ¿Qué pensará Jello de Mauri y sus chicos PRO? ¿Y de Cristina? Mejor no hablar de ciertas cosas.
Las canciones del primer disco de la Guantanamoya funcionan como clásicos. New Feudalism y Three Strikes despiertan el mismo fervor que Too drunk too fuck. Y Jello siempre tiene alguna sorpresita para vos. Tenés Forkboy, de Lard. Esa seguro no la esperabas. ¿Otra que no esperabas? Nazi Punks Fuck Off. Pero, momento, uno piensa: lugar chico como Niceto, el creador del hardcore, es una lección de vida y de historia. ¿Donde están los chicos hardcore que se rasgan las vestiduras? Seguro se colgaron y la quedaron en la Bond Street.
En vísperas del día de la memoria, Bleed For Me suena más actual que nunca. No es un cualquiera diciendo Nunca más. Anytime/Anywhere/Maybe you’ll just dissapear. Su palabra tiene un poco más de autoridad. Tal vez por haberlo hecho cuando había que hacerlo o por haber estudiado historia latinoamericana. Aunque ese Nunca Más parece no cumplirse. Acá o allá, quiera verse o no, sigue pasando.
Biafra se saca la remera, la levanta, la escurre, su transpiración cae sobre su cabeza y se tira al público una vez más mientras la banda toca Holidays in Cambodia y la gente la grita con el último suspiro. Sin pantallas de led, sin auspicios, sin nada. Y con todo. Sangre, sudor y lágrimas. Pogo, mosh y slam. No olvidar.
Jello es uno de los padres de esto que amamos, y a los padres uno le tiene cariño incondicional. Verlo seguido y en lugares íntimos no tiene precio. Te dice que sos el mejor público también. Mientras sirva para que vuelva, sigamos con ese espíritu, muchachos.
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