Hermanos químicos diluidos

“Fue emocionante, teníamos un poco de miedo, parecía el fin del mundo, con los aviones aterrizando, rayos, la tormenta y las luces del show. Fue como hacer un concierto en tu piscina o en el baño, es algo que recordaremos siempre”, declaró el dúo británico THE CHEMICAL BROTHERS a la prensa chilena luego de su paso por la Argentina.

A $ 1.50 el minuto (al menos eso es lo que costó, en promedio, el ticket para asistir al concierto), los CHEMICAL BROS. se vieron forzados a bajarse del ring antes que suene la campana. El viento provocaba que la lluvia se metiera en el escenario y cayera sobre las perillas de los equipos con los que ED SIMONS y el rubio de pelo largo TIM ROWLANDS retuercen los oídos de sus seguidores.

Con el mismo estudio y los instrumentos que utilizan para grabar sus discos, vinieron a Sudamérica para desatar toda la potencia de este particular techno británico junto a una puesta en escena que incluyó luces láser, imágenes psicodélicas en pantallas gigantes y las voces grabadas en pistas de músicos famosos como NOEL GALLAGHER, guitarrista de OASIS.

El show, programado para durar más de dos horas y descolocar el cerebro de cualquier ser viviente que se atreviera a posarse frente al imponente escenario plantado en las afueras de Pachá (outdoors), no pudo concluirse de buena manera por la mera culpa de lo que no inspira a Birabent, y muchos se quedaron con las ganas.

A pesar que el dúo inglés, para dar un comienzo avasallante al show, arrancó tocando ”Hey Boy, Hey Girl” y ”Music: response” (de “Surrender”, su álbum más vendido en Argentina) y luego continuó con una seguidilla de grandes éxitos mientras los lásers les afeitaban las cabezas a quienes saltaban eufóricamente, la sed del público no había sido saciada cuando alrededor del minuto 40 tuvieron que parar para secar los costosos equipos.

Después de un cuarto de hora de espera se reanudó el concierto. Aún bajo la lluvia torrencial y los aviones que aterrizaban por detrás del escenario -dándole un toque terrorífico a la escena- volvieron con ”Block Rockin`Beats” y ”Private Psychodelic Reel”, pero allí se terminó todo. Decidieron bajarse de las tablas para no volver hasta quien sabe cuando.

JUSTIN ROBERTSON, quien sucedió las bandejas tras la huída de ROWLANDS y SIMONS, se encontró con una estampida de cuerpos que escapaban de la lluvia, quedándose solo con los audaces que ni siquiera se habían dado cuenta que el techo les goteaba furiosamente o los que querían hacer valer su dinero. THE CHEMICAL BROTHERS no son hermanos y tocaron con un sonido un poco bajo pero lo peor fue la lluvia, el espectáculo vale la pena.