Habemus reggae

Lejos, pero muy lejos del humo que azota a Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe como consecuencia de la quema de pastizales en los campos, se encuentra Tucumán. Pero el sábado por la noche hubo humo del que genera sonrisas en el Jardín de la República, más precisamente en la ex Zona.

La banda cultora del reggae en esta provincia, GRAN VALOR, organizó la segunda edición del “Reggae del Norte” que arrancó en las primeras horas del domingo con la actuación de VIENTO EN POPA, grupo de ska instrumental de estos pagos. Los muchachos brindaron un show justo, sin nada de más; una especie de ágape para los comensales que se acercaron al lugar, sobre todo a la inifinidad de chicas muy bonitas (y producidas), que gustan de bailar estos ritmos.

Luego fue el turno a los muchachos de LA YUGULAR, banda reggae-ska oriunda de Perico (Jujuy).
Debo confesar que este grupo goza de mi simpatía, y de a poco van logrando que la gente coree sus canciones a pesar que no tienen discos grabados.

LA YUGULAR tiene un particular sonido, logrado gracias al aporte en los vientos de sikus y flautas; reggae andino que le dicen. Un detalle: hubo un par de desacoples en el sonido, pero sin duda que los muchachos de Perico fueron quienes encendieron el fuego en la ex Zona. Una vez más desplegaron su acostumbrada energía en el escenario. Y todos contentos.

En el medio de todo este embrollo, en el patio, Dj Chapo pinchó discos y puso a bailar a quienes no se querían quedar quietos ni un segundo. Las chicas muy agradecidas, los chicos…también.

El cierre del festival estuvo a cargo de GRAN VALOR, que anda en las idas y vueltas propias de editar un disco. La banda ya se hizo un nombre en este medio, y en la madrugada del domingo, cuando el humo cubría el lugar a más no poder, los VALOR desparramaron canciones que fueron muy bien recibidas por el público, que no detuvo su marcha hasta que sonó el último tema.

Así es como se cerró una nueva edición de un festival que promete seguir encendiendo fiestas, por muchas noches más.