RESEÑAS
Gran noche de metal

Desde el 11 de enero del año pasado (IRON MAIDEN, en Vélez) que los heavy’s argentinos no presenciaban un show del palo en un estadio de fútbol. Si, si, desde hacía exactamente 20 meses, que no se daban el gusto de observar un recital de semejante tamaño. Y si nos remontamos a la historia de este festival, hacía seis años y 4 meses, que había pasado el último de ellos.
Vale comentar que el 13 de enero de 2001 en Vélez, con IRON MAIDEN, HALFORD, QUEENS OF THE STONE AGE y compañía, no había sido catalogado como un Monsters. Es por eso que la ansiedad que se olía en el ambiente era impresionante, sobre todo por la talla de artistas que iban a pasar por las tablas de Ferro. Lo único que había que esperar era que pasarán los acontecimientos y disfrutarlos.
De lo mejor del power local
LORIHEN, el justo ganador del concurso “Battle for monsters”, abrió la fecha. Cinco minutos antes de lo anunciado (16:10hs), salieron a escena tras una pequeña intro. Luego que JAVIER BARROZO (cantante) saludara al público con un “Buenos noches Ferro” (la costumbre, ¿no?), comenzaron el set con “Traidor”. A lo largo del mismo, el bajo sonido los perjudicó, transformándolo en una bola de ruido en varias ocasiones.
Tuvieron un buen recibimiento de la gente. Esto corrobora que se ganaron en buena ley este lugar. Tocaron en forma continua hasta la última canción, en donde JAVIER se tomó unos segundos para decirles a sus fans lo siguiente: ”Nos llevó 10 años llegar acá, pero esto es gracias a ustedes. Cerraron con el clásico de IRON MAIDEN “2 minutes to midnight”, con ARIEL, de JASON, Y SERGIO, de SERPENTOR, como invitados. Ambas bandas fueron finalistas del concurso.
En la mira
Después, TRISTEMENTE CELBRES se adueñó de las tablas. También corrieron con la misma suerte de LORIHEN con respecto al sonido. Mostraron canciones de su único CD autotitulado, como “Al descenso” y “El monstruo de 2 cabezas”. Su vocalista, LEONARDO D’AMICO, intentó arengar a la masa, pero no consiguió muchos adeptos.
El público no le tiraba muy buena onda al grupo, es por eso que EDUARDO DE LA PUENTE (guitarra) dijo: “Sabemos que en el entorno somos NITO MESTRE Y LOS DESCONOCIDOS DE SIEMPRE, pero igualmente vamos a cometer una falta de respeto”. Esto ocurrió al momento de interpretar “Ace of spades”, de MOTORHEAD. La gente gustó de la versión. Los despidieron con tibios aplausos.
Con la chapa a cuestas
Ante un campo casi completo, RATA BLANCA amagó con iniciar su show a las 17:40hs (había comenzado a sonar el prólogo de “La llave de la puerta secreta”, su nuevo CD). Pero recién 5 minutos después, luego de colocar la bandera negra con el logo del grupo, volvió a escucharse la intro. Ahora el set había comenzado. La canción que le da título al disco fue la primera descarga. El audio era altamente superior a las dos bandas anteriores, aunque no era el ideal (al que RATA nos tiene acostumbrado).
El juego de luces ya funcionaba a pleno, a pesar de la luz del día que aún quedaba. La masa coreó y pogueó a full con “Solo para amarte” y “Canción del guerrero”. ADRIAN BARILARI (voz) aprovechó para contar sobre la gira que hicieron por EE.UU. “Cosa que pocos saben”, agregó. ”Highway star”, la versión del clásico de DEEP PURPLE, gustó a todos (inclusive a los chicos de LA RENGA, que se encontraban detrás mío).
A esta altura el frío paralizaba a la gran mayoría de los presentes. Entonces, para que el ambiente tomase un poco de calor, RATA BLANCA se despachó con unos cuantos hits. “Chico callejero”, “Guerrero del arco iris” y “La leyenda del hada y el mago”, fueron tres de ellos. Realmente es una banda muy querida por los metaleros argentinos, a pesar de algunos comentarios negativos que realizan los más escépticos.
Breve, pero contundente
Cuando sólo las luces del escenario se apagaron, “My generation”, de THE WHO, comenzó a sonar por los parlantes. Una vez finalizado el mismo, el estadio quedó a oscuras y WHITESNAKE apareció en escena, ante la devoción de sus fans. Previo a asesinar con “Burn” y “Stormbringer”, ambas de DEEP PURPLE, DAVID COVERDALE (voz) preguntó ”Are you ready a rock?”. Después de este mortal arranque, el público quedó súper enganchando.
Instantáneamente, el “Olé, olé, olé, WHITESNAKE…” bajó desde todo el estadio. El carisma y el manejo del espectáculo por parte de DAVID empezó a verse en ”Love ain´t no stranger”, como así también en ”Give me all your love” (aquí el público cantó a capella el estribillo). Pero esta legendaria agrupación no depende exclusivamente de su vocalista, ya que también su guitarrista, REB BEACH, se mueve excelente en lo suyo (lo mostró durante su solo).
Otro punto alto del show fue cuando sonó ”Is this love” (su melodía más popular), aunque “Cryin´ in the rain” también fue muy coreada. El solo de su batero, TOMMY ALDRIDGE, acaparó la mirada y la atención de los espectadores, sobre todo cuando se lo vio tocando su instrumento sin los palillos habituales (sí, sí, con las manos). ¡Un monstruo!
Su performance concluyó con “Still of the night”, tras una hora de concierto. Todo el mundo quedó encantado con el set de la banda; sin embargo, muchos se quejaron por la sintética duración del mismo. Varios de sus fans hubieran preferido verlos en un recital propio y en un lugar más pequeño (Obras o el Gran Rex). Seguramente por el cariño que les brindaron regresarán rápidamente. Eso esperamos.
Máxima atención
Habían pasado 50’ de la finalización del show de WHITESNAKE, cuando Ferro se transformó en una caldera de un momento a otro. El instrumental “The hellion” dio el puntapié inicial al concierto de JUDAS PRIEST. Durante esos segundos la expectativa iba en ascenso constante. El momento de éxtasis se produjo cuando los primeros acordes de “Electric eye” irrumpieron en la fría noche de Caballito.
Para “Metal gods”, ROB HALFORD comenzó a descender lentamente (como una momia) por las escaleras, llegando al pie del escenario una vez terminada la misma. Luego de ello, ROB comenzó a preguntarle al público si estaba preparado para rockear (lo hizo en un par de oportunidades). Siguieron con ”Riding on the wind” y ”A touch of evil”. Su cantante ya dejaba bien en claro porqué es considerando uno de los mejores en su puesto.
Todo estaba ensayado tal cual una obra de teatro. Cada movimiento había sido estudiado y planificado. Igualmente esto no le hacía perder gracia y emotividad. Por ejemplo, en la canción que abre “Angel of retribution”, ”Judas is rising”, ROB apareció por debajo del escenario a través de un elevador. No saben lo que se sintió en ese instante. Ahí se darán cuenta que a pesar de que todo estaba armado, la frescura siempre decía presente.
Los clásicos movimientos sincronizados entre sus violeros, el bajista y el cantante, se pudieron disfrutar en el himno “Breaking the law”. Ya se imaginarán el pogo que hubo durante esos segundos. Mientras sus fans cantaban “Olé, olé, ola,… JUDAS PRIEST, es un sentimiento no puedo parar…”, los músicos miraban asombrados todo el cariño que les regalaban.
Afecto mutuo
El clima bajó un poco con canciones más lentas, tales como “Diamonds and rust” y ”Beyond the realms of death”. Las voces de los asistentes y las luces tuvieron mucha participación en este tipo de melodías. HALFORD seguía sorprendido por tanto amor, es por eso que en un momento se quedó solo en el escenario para disfrutarlo a pleno. Vale destacar las dos muy buenas pantallas (una de cada lado) y la calidad de la filmación.
Antes de los bises sonaron “Victim,Una nueva edición del “Monsters of rock” se llevó a cabo el pasado domingo en Ferro ante más de 20 mil personas. JUDAS PRIEST con su formación original ofreció un gran show tanto como el de WHITESNAKE aunque estos últimos dejaron con ganas de más. Completaron la grilla RATA BLANCA TRISTEMENTE CELEBRES y LORIHEN»
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