Funk de casi viernes

En la sexta edición del ciclo Buenas Nuevas, llegaron a nosotros los muchachos de Simón Fuga, acompañados por Beler Funk y las talentosas jovencitas de Mamasutra. Un día otoñal de jueves con una noche perfecta para ir a Niceto a escuchar a los nuevos talentos de la escena vernácula.

El show comenzó puntual, a las 21hs, con las chicas de Mamasutra, otra de las bandas apadrinadas por Simón Fuga, al igual que Panchita la Pistolera. A las 21.05 ya se podían ver unas cien personas disfrutando del show. Entre el público se discernían a los orgullosos padres de las jovencitas que, aprovechando su fecha en Niceto anunciaban la edición, en formato físico, de su primer EP, “La Liberté D´La Conchè”.

Si bien los tiempos las corrían, las Mamasutra tocaron todos sus temas, sumando dos nuevos,  “El Cardumen” y “Resaca, Fin de Año”, acompañados todos ellos con el ya asiduo Pepe Caceres en el saxo y con Riky Lavía como invitado especial en los teclados.

Cuando terminaron de tocar “El Extasis de Santa Teresa”, tema con el cual cerraron, solo se me ocurría una frase: Mujer bella es la que lucha pero también la que hace música.

Una hora de puro funk, alegría y mover el cuerpo.

Beler Funk fue la segunda banda al subirse al escenario, frente a un público ya expectante por Simón Fuga. Con un repertorio variado que se sumergió en los ritmos latinos, con estribillos que afirman “la gente va llegando al baile, esto se pone bueno de verdad”, los jóvenes músicos lograron mantener al público entretenido, tocando todo el repertorio de su primer disco, también recientemente editado, incluyendo algunos covers de bandas nacionales.

Como cierre esperado de la noche y presentados por El comisario del Sol, los muchachos de Simón Fuga se subieron al escenario de Niceto conformando una imagen que incluía tanto vestidos con encaje, sacos de pana y un Gauchito Gil en la batería. Durante noventa minutos casi ininterrumpidos de show, pregonaron el free funk, bancar los trapos y el barrio.

Si se están preguntando qué temas tocaron, ni ellos deben recordar los nombres que les pusieron, pero lo que sí podemos decirles es que al mando de Gronstein (teclados) la química entre ellos fue perfecta.

Como plus de la noche, los últimos 5 temas estuvieron acompañados por vientos, una flauta traversa y un saxo, que concluían en un sonido que te hacia volar la peluca -o por lo menos que se te caiga- de tanto mover la cabeza. Un recital que el mismo George Clinton hubiese disfrutado de presenciar.

*Foto por Manuel Mora