ENTREVISTAS
Folclore y café

El pastor planeaba un disco, ya tenía algunas canciones pero también la concepción de que “las cosas se hacen con amigos”, y estos fueron llegando de a poco, pero en grandes cantidades. “El mismo proyecto fue solicitando la aparición de cada compañero, todos llegaron por algún motivo que no es ni cósmico ni zodiacal”, dice a El Acople. Y los motivos sobraron, y cayeron primero El Gasista, luego el Pochoclero y el Vietnamita, para sumar casualmente a la yunta, al Perro Viejo y el Carnicero.
Un show en el Centro Cultural Pachamama sumó amigos y atuendos para la ocasión, que se quedaron a vivir en esta liga de la justicia porteña llamada La Joven Guarrior.
El Señorita Junco, Ze Pequenho y El Ingeniero –que también comandó la consola de grabación- completaron la nómina de 9 músicos -entre los que hay hermanos y primos-, los cuales se interesan en cultivar la mitología guarrior, habiendo difuminado la barrera entre llamarse con sus nombres tal como en el D.N.I., sus nombres guarrior, y nuevos apodos que van surgiendo, como en cualquier banda de amigos.
Encarnados en el porteñismo del café, de la charla en el minutero El Santo, confiesan ser aficionados por el tango: “preferimos a Troilo que a Piazzolla, y no sólo porque don Astor era una cascarrabias, también porque Troilo paraba en este lugar ideal para ver fútbol y conocer varones de Buenos Aires que escabian y discuten sin parar sobre temas de interés general”, dice este personaje y compara el café con un ensayo de la banda, donde en lo que llaman “Discusiones cruzadas sobre temas menores” repiten esa postal porteña por largas horas.
Un show en vivo los encuentra con el diario en la mano, mezclando la actualidad con sus canciones de guitarras criollas y emotividad, ironía, folclore, bolero y varieté, con los disfraces bien planchados y un intercambio de instrumentos “que se da naturalmente por las virtudes de cada guarrior, y por la tendencia al suicidio masivo que tenemos”.
Con la suma de El nuevo, El Líder de los Wichis y El Delegado, llegan a 12 tipos sobre las tablas, que reparten guitarras, percusión, quenas, charangos, contrabajos y un digeridoo, y se multiplican las pequeñas sociedades dentro del grupo.
Este próximo sábado 24 de octubre, a partir de las 22 y a 10 pesos, se presentan en el Cine Teatro Brown, de La Boca, en el que “lo peor que puede pasar es que llegue la inspección Macrista, y se lleven presos a familiares y fans, y sólo quede martirizarse en una lucha desencarnada contra el sistema de opresión de la clase media adinerada y sus bosteros chupasangre”.
Pero dejando de lado el peor escenario, los guarriors prometen: “preparamos el show con la máxima seriedad posible, y en una banda de corruptos como esta, eso es bastante y nada a la vez. Tenemos cosas para darle de probar al público, y en estas épocas donde lo romántico y el sentido de las cosas se puso difuso, hay que aprender a valorar lo que sentimos”.
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