RESEÑAS
Fiesta retro

La clásica publicación “Metalica zine” cumplía 25 años y para festejar dicha fecha tres bandas metaleras de los ochenta tocarían en un mismo escenario.
Rage, por varios cuerpos
La velada comenzó temprano con la participación de cinco bandas locales: Blindado, Feanor, Obsession, Mathras y Malacara.
El primer grupo internacional en subir a escena fue Hirax con su trash metal ochentero de la movida Bay Area (grupos de trash de California como Exodus, Slayer, Megadeth, Metallica, entre tantos otras), quiénes se presentaban por segunda vez en el país después de sus shows de 2009.
A lo largo del set dejaron en claro que lo suyo pasa por un estilo primitivo, pero con mucho coraje y energía. Canciones como “Destroy”, “El diablo negro” o “Bombs of death” mostraron el sonido característico del grupo, donde la velocidad predomina por sobre lo técnico. Quizás a su música le faltan matices, aunque lo reemplazan por una actitud callejera y poderosa.
La buena onda de su cantante y único integrante original, Katon De Pena, influyó en la muy buena predisposición del público, ya que logró generar un clima ameno y de amistad. Siempre se comunicó con ellos y los hizo participar constantemente.
El siguiente turno fue para la agrupación más esperada de la noche, Rage, que tocaban en Argentina después de 16 años. Con 27 años de historia y 19 discos de estudio, la banda alemana precursora del power metal venía a mostrar todos sus laureles.
Con un estilo personal que gusta hasta en los detractores del power, consiguieron la adhesión total de los fans, a pesar que el sonido nunca fue el ideal. Clásicos como “Higher than the sky” y “Black in mind” enloquecieron a la masa, a tal punto que los problemas técnicos quedaron en una mínima expresión. El talento del guitarrista ruso Victor Smolki, otro punto esencial para obtener tanta devoción.
Durante los 85’ fueron intercalando composiciones de su último CD, “String of a web” (“The edge of darkness” y “Hunter and prey”), junto a melodías de discos más recientes (“Down” y “Set this world on fire”). Todas ellas compartían la misma idea: estribillos pegadizos y grandilocuentes y bases directas y complejas.
Tras el fin del show de Rage muchos decidieron retirarse. Esto era de esperar ya que los alemanes son más populares que Virgin Steele; cuando estos comenzaron su set el panorama era bastante desolador. Si a ello le agregamos que el sonido de los liderados por David DeFeis fue deficiente a lo largo de la noche, el resultado fue aún peor. Los reiterativos acoples dieron que hablar.
A su vez, su guitarrista líder Edward Pursino no fue de la partida en esta gira, generando así que Josh Block haga todo el trabajo. Por supuesto, esto tampoco ayudó. Les fue difícil levantar la situación. Quizás con los clásicos “We rule the night” y “Veni, vidi, vici” tuvieron los puntos más altos.
Ante tanta oferta, el público debe decidir por uno u otro show, por eso los eventos no tienen el marco necesario. Esto sucedió el lunes cuando la asistencia nunca alcanzó el número ideal. Se deberán replantear muchas cuestiones para que las bandas internacionales puedan ser aclamadas como corresponde. Rage hubiera merecido un mayor apoyo.
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