Fiesta de quince en el Luna

Con la simple excusa de festejar una década y media, Guasones aterrizó en Capital Federal. La banda de La Plata cuenta con seis álbumes en sus espaldas, de los cuales uno fue grabado en vivo en el Estadio Obras (muestra de su primer reto importante aprobado). “Esclavo” es su último disco, que data de 2008.

El Luna Park se erigía como un marco ideal para esta ocasión. Sin embargo, “el palacio de los deportes” sigue adeudando la materia sonido. Su acústica nunca fue de las mejores. A pesar de esto la banda se las arregla para sonar afianzada, incluso con la incorporación, en algunos pasajes, de vientos (saxo y trompeta), teclados, y también armónica.

El show abre puntualmente unos minutos pasadas las nueve. “Gracias” señala el inicio con un potente riff y un aún más explosivo solo en slide. “Buenas noches amigos”, saluda Facundo Soto, voz y líder de la banda, y continúan con “Sueños son” y “Con la casa en orden”.

El campo daba muestras de que no cabía un alma. Incluso en las plateas se vio una buena cantidad de público, teniendo en cuenta que la gente en general se inclina hacia el pogo. A pesar de no estar hablando de un estadio de grandes proporciones (como uno de fútbol), dos pantallas fueron oportunamente colocadas a los costados del escenario permitiendo a los rezagados disfrutar mejor el show.

La intensidad recién baja a la altura del séptimo tema. Suena “My love” con acústica incluida y con el campo cubierto de celulares encendidos. El mismo clima se extiende con “Días” y el pop de “Brillar”. “Estrellas”llega para romper el encanto y dejar que el pogo se adueñe nuevamente del estadio.

Cuando Facundo Soto no tiene colgada la guitarra se encarga de acercarse y estimular a su público. Camina, agita sus brazos, salta, se agacha, baila, dando muestras que puede aprobar tranquilamente el examen de frontman.

Durante el show la banda no deja de mostrar su agradecimiento por estos quince años. “Qué linda noche, qué felicidad, gracias por estar acá”, sentencia la voz de Guasones antes de retirarse a un breve intermedio. A su vuelta anuncia: “Vamos a tocar un poco de blues”. En un formato más íntimo, con toda la banda al borde del escenario, interpretan “Ruta 36”, “Estupendo día” y “Desiree” en sus dos partes. “Esto es lo que más nos gusta tocar”, confiesa Facundo Soto con una sonrisa en el rostro. Sin embargo, la gente se muestra algo indiferente en este pasaje del show.

Más de dos docenas de temas han pasado, y la gente presiente que el cumpleaños está por terminar. También porque es el momento de varios de los clásicos. “100 años”, del disco “Toro rojo”, y “Reyes de la noche” (el hit que los catalpultó a la masividad) son dos de las más festejadas por el público.

Al grito de “Vamos a tocar rock and roll” se cierra el show. “Amaneciendo” y “Dame” son las canciones que coronan una verdadera fiesta consagratoria. Más de dos horas y treinta temas en las que desfilaron el blues, los mid-tempos, algunas baladas y, sobre todo, aquel rock del que hablaban en su última frase.