Fiesta burlona

De: Nicolás nicodm@yahoo.com
Enviado el: Sábado, 24 de Diciembre de 2005 02:48:53 a.m.
Para: None mary_nue@hotmail.com
Asunto:…

“¿Por qué el mail? Hacía mucho que no te escribía y quería contarte lo que hice ayer. En el diario anunciaron la presentación de GUASONES en El Teatro como un show con “muchas sorpresas”, pero no hubo nada espectacular. No es malo, si a uno no le gustan los cambios bruscos y tan sólo busca la felicidad en la monotonía.

A las nueve, un grupito de 20 chicos empezaron a cantar y a pedir que saliera el cantante, FACUNDO SOTO. En el papelito que te dan en la entrada, se podía ver que a un año de lo que pasó seguimos regidos por un “decreto de necesidad y urgencia”. El grupito de los agitadores sin descanso (y estuvieron así todo el recital) empezó con el clásico “cheto, cheto, cheto, concheto boludo”, mientras una mujer lucía su remera de Ricky Sarkany. Ironías si las hay.

Las luces empezaron a apagarse y sólo quedaron prendidas unas chiquitas rojas, sobrantes tal vez de algún árbol navideño. FACUNDO, pucho en mano, apareció cuando el telón se corrió en el primer tema, “Soledad”. Todo el lugar empezó a retumbar cuando la mitad de la gente saltaba, mientras un grupo (otro, no el de los agitadores constantes) tiró papeles para todos lados. El resto, calmados, escuchaban y sólo aplaudían.

Agradeció por la presencia de todos (algo que repitió varias veces durante la noche), además de desear felices fiestas a todos. Los agitadores (en el buen sentido) empezaron a cantarle feliz cumpleaños al guitarrista, MARTIN, y al bajista, PATO. Después arrancó “Me muero”, el segundo tema. SOTO puso una voz aguda, agregando otra “textura” entre lo cantado y lo recitado, mientras una ronda de casi 5 metros de diámetro estalló en el estribillo. Y como no podía ser de otra manera, me uní al pogo. Todavía soy joven, pero todavía tonto. Me quedé tildado cuando escuché “fuimos mucho más que nada” en “Reyes de la noche”. ¿Te acordás que se te pegó el estribillo durante un mes? El último mes…

30 temas en total. En los lentos, como “Magdalena”, casi veinte chicas estaban en los hombros de sus amigos/novios. SOTO agradeció por las “chicas lindas”, pero lamentó no poder tirarse al público por la edad. Su edad, claro.

En “Decime la verdad” me quedé tildado de nuevo, mientras todos saltaban. Pero nunca escuchaste ese tema (“no nos queda más que un adiós”). Antes de las luces violetas y la distorsión del típico sonido rocanrol en “Fiebre”, SOTO leyó un volante de una banda: “Cinco pesos anticipada. Eso es cobrar una entrada”. En comparación de una de veinte, sí.

El sonidista había faltado, así que FACUNDO se encargó, después de “100 día más”, de agradecer a los reemplazantes, SAPO de INTOXICADOS y PABLO de JOVENES PORDIOSEROS.

Se vino “el” himno, “Shaila show”. Pero como toda canción de estandarte, nadie se podía equivocar, tanto arriba (SOTO, haciendo jueguitos con un pelotita ínfima) como abajo, entre saltos y gritos. Después de “Toro rojo”, mezclaron “Ruta 26” y “Son todas ratas, ma”.

Pasó algo raro. La banda nunca se fue para después volver con los famosos bises. Siguió de largo, pero el público no hubiese aceptado tan sólo una veintena de temas. En “Lady Mary” llegué hasta la valla. Tenías que ver la cara de aburrimiento de los de seguridad, perdón, los de “prevención”.

Casi al final, pero no en las últimas notas de la noche, SOTO empezó a presentar a toda la banda: STARKY, MARTIN, PATO, FERNANDO, FEDERICO, “FERNANDINHO” y MAXIMILIANO.

“No escuchen la radio, escuchen la top ten”, dijo FACUNDO antes de “Amaneciendo”, mientras todos saltaban como si fuera el último minuto de sus días.

“Gracias mami” fueron unas de las últimas palabras de SOTO, hacia su madre que lo miraba desde arriba.

No te pido que compartas, tan sólo que entiendas qué es lo que nos lleva por diferentes caminos. Si lees esto antes del primero, feliz año nuevo. Adivina cuál fue el último tema”.

Pero ella eliminó el mail sin leerlo, mientras “Dame” sonaba en la radio.