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Fantasmagoria y Panza en El Sótano

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Tiene al mismo tiempo la elegancia de la confitería La Ideal y la simpleza añeja, algo decadente y rústica, de los viejos bares de Boedo. Mientras Fantasmagoria es felicidad adolescente pura, la música de Panza es un fiel representante de la crisis y el caos de comienzos de milenio.

Fantasmagoria es Gori en guitarra criolla y voz líder acompañado por un bajista y un baterista. Podemos pensar en Fantasmagoria como la continuación de los Golden Hits de Nekro (cuando era Nekro) y Gori, el disco de versiones acústicas de Fun People. Es decir, Fantasmagoria hace canciones -pop, rock, glam- donde privilegia a las melodías simples y a los estribillos antes que a la distorsión y a los solos, en una línea que comparte con Leo García, Menos que Cero, los Super Ratones, Turf y Deluxe.

Fantasmagoria es una banda ideal para ver un fin de semana soleado al aire libre: sus canciones son agradables, pegadizas, relajadas y (hay que decirlo) algo hippies. Las letras despreocupadas son acordes a las melodías (“sigue caminando, no le importa nada” es un buen ejemplo y un lindo estribillo para que vayan aprendiendo desde ahora). Música para que silben los jóvenes soñadores y sensibles junto a su chica, para escuchar entre amigos comiendo facturas.

El CD de Fantasmagoria está en venta a $7 en sus recitales para los que estén interesados. Antes de pasar al comentario de la actuación de Panza les hago una advertencia: si le dan suficiente difusión en los medios, dentro del repertorio de Fantasmagoria está el próximo hit post “Morrisey”. El tiempo dirá.

Panza arrancó a las 00:30 con un baterista que tranquilamente pasaría por un defensor de la selección de Brasil, dos Tim Burtons en guitarra y bajo y una Gwen Steffany sadomasoquista con peinado de gueisha desquiciada en voz: la imagen de Panza está buena. Y la música hace juego.

Con un sonido pesado, oscuro y potente desde el comienzo hasta el final del show, la banda no dio respiro. La batería aporta bases intrincadas y complejas y dispara distintas secuencias, el bajo de 6 cuerdas que slappea con frecuencia y la guitarra deforme a la Eddie Van Halen tienen reminiscencias a Faith No More, Living Colour y Korn, pero suenan absolutamente originales (sobre todo en la Argentina, que no tiene muchas bandas de ese estilo). La voz y el despliegue escénico de son impactantes y le dan personalidad a la banda, y su hermosura solo es comparable a la de Érica García y a la de Sol Shurman de Sugar Tampaxxx

Las letras expresan rencor, dolor y desilusión, como en el caso de “Amor-bidet” (¿hace falta explicar la relación que une al amor y al bidet?) y en general la banda transmite una desesperanza furiosa y una modernidad sombría.

Tanto Gori como el guitarrista-Tim Burton de Panza usaron la misma estola de plumas, pero mientras que al primera le daba un toque glamoroso, al último lo hacía aún más extraño. Un símbolo de lo que da cada banda en vivo.

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