RESEÑAS

Faltó algo

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Con solo cuatro años vida, dos discos y un EP, Alesana llegaba a nuestro país por primera vez para ser la banda principal de este festival. Siendo uno de los pioneros del   post-hardcore screamo (donde los gritos desgarradores perduran a lo largo de toda la canción), venían a demostrar sus cualidades.

Los teloneros

De las cuatro bandas soportes, Bloodparade era sin dudas de las más de renombre; sin embargo, fueron los encargados de abrir la segunda fecha. Seguramente que ser el único grupo fuera del género (hacen un ghotic metal electrónico), haya influido para que toquen primeros. Yendo al set, podemos decir que nunca lograron un audio óptimo, ya que sus samplers no dejaban percibir claramente el resto de los instrumentos. “Take my soul” fue una de las canciones que pasaron.

La posta la tomó la gente de    Romeo Tragedy, quienes con su mezcla de emo, hardcore e indie, dejaron una buena impresión, a pesar de que también sufrieron algunas falencias en su sonido. Mostraron melodías de su disco “Freedom and Combet”, como “Problems” y “TyM”. El público los escuchó con atención.

Fear to Fall subió con una prepotencia y una falta de humildad que provocó el malestar de unos cuantos. Pero a medida que pasaban los minutos, estos adolescentes de Río Gallegos ganaban la confianza de todos con una propuesta contundente y efectiva. Su música gira por un screamo con toques hardcore. Realmente hay que tenerlos en cuenta, ya que son jóvenes y tienen mucho para dar.

Con apenas un año de formación, los chicos de   Coralie’s Last Kiss  se dieron el gusto de ser soporte de una banda que los influencia. Pese a ello, no lograron dar lo mejor de sí, especialmente por un sonido revoltoso y poco convincente. Demasiado grito extremo y escasa melodía, dos factores que tampoco ayudaron.

Loco, ¿no te cansas?

El reloj marcaba 21:25 hs. cuando    Alesana irrumpió en escena, ante una masa que enloqueció ante los primeros acordes. Con una energía arrolladora, arrancaron con “Ambrosia”, uno de sus temas más populares. Su cantante, Dennis Lee, con su voz violenta y sus movimientos infinitos, contagiaba al resto.

Tras una primera función agotada, el miércoles Súper Rockse encontraba a medio llenar. No obstante, los fans cantaban, saltaban o pogueaban como si el local estuviese en su punto máximo. La banda notó ese carácter, entonces decidió entregar más de lo que podía dar. Continuaron con Obsession is Such an Ugly Word” y “Congratulations, I Hate You”.

Su punto más negativo, el cual marcó un concepto general del show, fue su sonido. Éste nunca llegó a ser el ideal, ya que la vehemencia de sus músicos les hacía perder calidad técnica a la hora de ejecutar las canciones. Contar con tres guitarristas y dos voces bien disímiles en una agrupación, no es fácil de congeniar, y si a ello le sumamos tanto ímpetu, se multiplican las dificultades. This is Usually the Part Where People Scream y Red And Dying Evening”, otras dos que pasaron.

A ver si solucionan eso

Redacción ElAcople.com

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