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Exodus: viejos conocidos

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El jueves, en Groove, la banda de trash metal dio cátedra de la mano de la mano del gran regreso de Steve “Zetro” Souza en las voces. Fue un poderoso show de 90 minutos en la que no faltaron los clásicos, además de algunas perlas de la época del despedido Rob Dukes.

La salida de Rob Dukes en junio pasado y la posterior reincorporación de Steve “Zetro” Souza generó una gran alegría en los fans más añejos, especialmente por lo que representa Souza en la banda y porque Dukes nunca fue de su agrado. Por el lado de “Zetro” era la segunda vez que venía al país desde aquel debut en 1993 junto a Motörhead, y eso multiplicaba las ansias por verlo en acción. Con respecto al despedido Rob, el público jamás lo aceptó definitivamente, a pesar de haber grabado grandes discos como “Shovel headed Kill machine” (2005) y “Exhibit A…” (2007) y “Exhibit B…” (2010). 

De esta manera, Exodus estaba de vuelta por séptima vez, pero antes cuatro grupos locales amenizarían la espera. Primero pasó Dittohead, grupo formado por dos ex Betrayer, luego Metralla con la voz de Hugo Benítez al frente (primer cantante de Horcas), luego la gente de Exagorth y por último, los legendarios trasher de Certera con su propuesta bien ortodoxa.

Era el momento de los de California, quienes aparecieron en escena antes de las 10 de la noche y sin ningún aviso previo. Con el clásico “Bonded by blood” dieron rienda suelta al machaque y al delirio metalero, aunque con un audio bastante sucio y saturado. Como era de suponer, al público poco le importó este desperfecto, sobre todo cuando sonaba “Scar spangled banner”, una gran gema de “Tempo of the damned” (2004).

Ya para el himno “And then there were none”, la situación técnica comenzó a ser casi la ideal con un encendidísimo Gary Holt (guitarra, compositor y único miembro que permaneció siempre), quién no paró de brillar con sus solos salvajes. El también histórico Tom Hunting (batería) se benefició con esta mejora y sus golpes se escuchaban demoledores. tal el caso de «Iconoclasm».

La vuelta de Souza les dio la energía y el carisma que necesitaban en escena. El cantante, con sus 50 años, sabe manejar muy bien a sus fans,  cuándo enloquecerlos previo al riff inicial o arengarlos para que interactúen con ellos, o provocarlos con su mirada satánica. Esta locura era la que extrañaban sus seguidores. A «Zetro» también se lo vio muy bien desde lo vocal, con su voz aguda característica.

Durante el set, el grupo respetó la lista de temas que venía haciendo en esta parte de la gira, en donde «Bonded by blood» (1985) y «Fabulous disaster» (1989) tuvieron un gran espacio. La reacción de los fans al escuchar «Metal command» y «Piranha» fue la esperada, y la que obliga a la banda  a festejar  en 2015 los 30 años de su disco emblemático. También hubo tiempo para que Steve entone canciones de la etapa de Duke, como «Children of a worthless god».

Previo a los bises, Gary agitó a sus fans para que continúen cantando por ellos.  También Steve armó dos grupos de público para que luego se unan en un pogo frenético. Un gran momento que se festejó con los machaques de “The last act of defiance” y “Good riddance”.

En pocos días más, Exodus lanza su nuevo trabajo, «Blood in,  blood out», en el que retornan al sonido más clásico de la banda. Al menos durante el vivo y con Souza como gran responsable, el grupo se mostró con esa agresividad y simpleza del trash de los ’80. 

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Redacción ElAcople.com

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