RESEÑAS
Eternos locales

Noche templada. La cercanía con el fin de la gira pre-cuarto disco y las especulaciones acerca de los temas que lo compondrán, eran algunas de las premisas relativas al show de Zumbadores en Gier, un pub ubicado en el corazón de Colegiales.
Pasadas las dos de la mañana, “Adicto” –de sugestivo ritmo y temática punk– fue el elegido para abrir la noche, aunque la lista dijera otra cosa. Le siguió “La chica de la luna” mientras la calidad del sonido empezaba a repuntar. Promediando el show se fueron sucediendo, con insistente acompañamiento del antiguo-flamante saxofonista Martín Duek, temas tan distantes como la balada-rock “Viejos naipes”, o “Un tío de la hostia”, de reminiscencias al rock ibérico.
Así, también, son de disímiles los trabajos discográficos que ha editado la banda. “Frutilla y almeja”, de 2004, los llevó mas allá de tocar en Cemento, Teatro de Colegiales, y una gira por toda la Provincia de Buenos Aires, a hacerse masivos en la primavera de un nivel compositivo más que original. Siguieron su marcha de la mano de “Hijo de la barbarie”, de estética y conceptos punk, allá por 2005, para llevar a cabo aún hoy esta casi interminable y fructífera presentación de “El colibrí”, salido del horno en 2007 y que tuvo grandes variables rítmicas y un sonido prolífico. De éste último se escucharon casi todos sus tracks, entre los que, no por nada, se destacan “La ruta de los milagros” y “Pequeño samurai”, que suelen ser los más festejados por el público.
“¿Se bancan un acústico?”, consultó el cantante pasadas las 3 am. Y ahí mismo surgió el momento más alto en emotividad de la hora y media de show, que vino a modo de regalo distintivo para los fans, que se hicieron presentes en gran número. Desempolvaron “Hombre zumbador” y “Estrella de luz”, ambos de comienzos de la década pasada, esta vez en formato guitarra acústica-saxo-voz. “Ciervos, corzos y gacelas”, cover de La Polla Records, les permitió mostrar su carnet de identidad punk minutos antes de la despedida.
Aparentemente, “El ritmo de los condenados” había dado por terminado el concierto; no sólo no fue así, sino que además las expectativas de tocata de algún estreno o novedad se alimentaron a sí mismas con el cierre, a cargo de la melódica “Canciones rotas”, que formará parte del nuevo trabajo, con salida programada para “agosto o septiembre, en formato libro más audio”.
Cabe destacar que el retorno al grupo del bajista Fernando “Cachorro” Raggio (ex Mala Suerte) le da a la banda una nueva estética comercial e interpretativa. Este Zumbadores modelo 2011 no defrauda ni escatima en calidad de sonido ni tesituras. Y de cara a su nueva placa, que estará plagada también de invitados de renombre, demuestra por qué después de diez años sigue jugando de local en los pocos bares de rock que quedan en la ciudad. Esto es lo que se lleva uno de estos músicos: postura y mentalidad rock. Aunque el “mainstream” no quiera.
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