RESEÑAS
Esto parece verdad para mí

Más que de exclamación, los signos impresos sobre los afiches que empapelaron la ciudad durante el último mes parecían enigmas, que se develaron todos durante el transcurso del martes. Una escueta y confusa consigna desconcertaba aún más. Sí, volvían LOS CADILLACS. Pero, además del cuándo… ¿dónde? ¿a qué hora? ¿para qué?
Una vez informada, Buenos Aires corrió al Planetario para presenciar la vuelta de esta banda que se mantuvo ausente de los escenarios durante seis temporadas, más allá de las efímeras apariciones para un tributo o aquella romántica reunión acústica en el programa de radio de FLAVIO CIANCIARULLO.
La previa musicalizada con los SMITHS de golpe se interrumpió al apagarse las luces y de a uno en fondo fueron subiendo los músicos: DANIEL LOZANO, MARIO SIPERMAN, FERNANDO RICCIARDI y los dos invitados ¿permanentes? para este nuevo ciclo, HUGO LOBO y MIGUE GAUNA, trompeta y guitarra, respectivamente. Por último, el tridente ofensivo ROTMAN-VICENTICO-FLAVIO le terminaba de poner el sello de calidad al evento. Ahora sí, estaban todas las condiciones dadas con los ocho en escena y de elegante sport. Una pinturita.
Una base cálida de dub fue lo primero que se escuchó, pero los introductorios vientos de “Manuel Santillán, el León” desataron el pogo de las diez mil personas que se dieron cita.
Sin pausas ni palabras, siguieron adelante con hitazos: “Mi novia se cayó en un pozo ciego”, “Demasiada presión”, la bellísima “Siguiendo la luna” (aquí ROTMAN abandonó su saxofón y lo cambió por una Stratocaster) y “Mal bicho”, en donde el frontman aprovechó para saludar al público y dedicar el show al fallecido TOTO ROTBLAT.
Continuaron con la presentación de una canción nueva que se llamaría “La luz del ritmo”, la cual puede entenderse como una hermana menor de “Gitana” o cualquiera de esas pachangas fabulosas que tanto nos han hecho bailar en diversas fiestas.
Después de una falsa retirada, “El satánico Dr. Cadillac”, con bengala roja incluida entre la gente, fue el desenlace del breve mitin, no sin antes anunciar la invitación al estadio River Plate, el día 12 de diciembre.
Los cuarenta minutos que duró la función, dejaron una sospecha: la estética de la vuelta quizás intente retomar ese camino iniciado por LOS FABULOSOS CADILLACS a fines de los ochenta. Mucho ska, muchos ritmos latinos, mucha furia darkie. Es la sensación que queda por como sonaron ayer estas viejas piezas y la canción nueva, por el buen ánimo y la visible alegría de estar tocando juntos de nuevo e incluso por el nuevo logo y la vestimenta del grupo.
Probablemente incursionen en el repertorio “calavera”, aquel que pertenece a los últimos dos discos editados, pero por lo visto el modelo 2008 de esta popular banda se viene más movidito que nunca. El tiempo pasa pronto pero esto no tiene su final, recién empieza. A disfrutarlo.
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