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Korn: Espíritu adolescente

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Korn regresó a Buenos Aires con casi su formación original para brindar su show más sólido en estas tierras, el martes en el estadio Malvinas Argentinas.

Korn es una banda realmente importante para el desarrollo musical de miles de jóvenes que transitaron los 90 y principios de 2000. Hoy tal vez estén lejos de las primeras planas, pero hubo un tiempo donde fueron de los grupos más grandes del mundo. Fueron los creadores de un estilo totalmente bastardeado, pero por haber sido los originales pudieron mantenerse en pie todo estos años. Hoy son una agrupación clásica, y así lo entienden ellos y la gente que se arrima al estadio Malvinas Argentinas.

Este no es un show más, es la vuelta a los escenarios de Brian Head Welch después de casi diez años fuera de la banda. Por eso el concierto comienza bien potente, a la vieja escuela, con «Blind», «Twist» y «Falling away from me». Si hubiese un ranking de bandas que más ponen al palo al público, Korn estaría entre los primeros lugares; hasta las plateas saltan al compás. Los presentes dejan todo y la banda también. Si hay algo que no se le puede recriminar a los músicos es que no dejan hasta la ultima gota de sudor arriba de las tablas. Hasta el baterista «invitado», Ray Luzier, se luce con sus juegos con los palillos.

Tal vez lo malo de Korn es haber quedado demasiado anclados en el tiempo. Hay temas nuevos como «Never never» o «Prey for me» donde nada sucede. Puede ser que al querer adoptar sonidos contemporáneos la banda pierde frescura, lo cierto es que frente a la intensidad de canciones como «Dead bodies everywhere», las nuevas salen perdiendo, aunque algunas como «Love and meth» podrían seguir apareciendo en listas futuras.

Lo cierto es que es una banda muy divertida en vivo, que no tiene los clichés clásicos del género. Su sonido es inconfundible: es el bajo guerrero de Fieldy en «Y’all want a single», es gruñido de Davis en «Here to stay», son los pasajes de guitara de Munky y Head en «Another brick in the wall». Es una agrupación de las que varias han tomado (para mal) muchas cosas y ha quedado pegada a un género que no tenía mucho para ofrecer, cuando Korn sí lo tenía, y con resultados dispares todavía tienen algo para ofrecer, pero su fuerte es el vivo.

Las finales «Got the life» y «Freak on a leash» cierran el telón del show de una banda que hoy está limpia y es correcta, ya no tienen conflictos entre ellos y han dejado los excesos, y hasta diría que disfrutan de su compañía. Por eso aún te aniquilan en vivo.

*Fotos por Guillermo Coluccio

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azafatodegira.com

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