RESEÑAS
Ese estruendo casi divino

Hay una anécdota que data del año 98, y dice que fue un recital largo el que abrieron unos seis jovencitos de remeras blancas y letras negras. De una banda que no tenia un público bengalero y recién daba sus primeros pasos en el mundillo del rock. Dice la anécdota que cuando tocó CALLEJEROS la gente miraba para otro lado deseando escuchar a la banda que hacía una semana había publicado “La esquina del infinito”. Dice la memoria de este cronista, que cuando CALLEJEROS interpretó el clasicazo “Presumida”, aquella noche de septiembre muchos miraron al escenario porque la canción les sonaba de alguna parte. Ese día se presentó LA RENGA y unos recientes naturistas llamados DIVIDIDOS. CALLEJEROS había tocado un par de canciones. Apenas si los conocían algunos trasnochados.
Rompiendo espacios
31 de octubre de 2004, aquel mismo lugar estallaba de gente desbordado de miles de remeras y calores. El reloj marcaba las 19 horas y en las calles de San Telmo era imposible no cruzarse con un callejero. En Cemento, dos colas infinitas de gente iban y venían, daban vuelta a las esquinas mientras el calor ya se hacía sentir. Las remeras tatuadas a los cuerpos de los fanáticos que llegaban desde todos los barrios de la capital y del Gran Buenos Aires contrastaban con el azul celeste de los patrulleros policiales.
Sobre el escenario, PATRICIO SANTOS FONTANET presentó a SEXTO SENTIDO con un par de gritos. La banda se ganó una serie de aplausos y salieron al ruedo con casi diez canciones como “Comunismo y Marihuana”, “Estrella”, “Shingle”, una versión reggae de “Hasta siempre” de CARLOS PUEBLA y “El ombú”. Luego de finalizada la catarata de canciones con un alto mensaje de rebeldía, SEXTO SENTIDO se retiró para que detrás de ellos se desplegara un telón multicolor con una inscripción: CALLEJEROS.
Cuando la muchedumbre que se encontraba sobre las vallas de contención alcanzaron a pellizcar el telón y lo comenzaron a tirar de todos lados, fue el momento en que este se descolgó y cayó sobre las cabezas de las miles de personas que lo usaron de bandera por unos segundos, hasta la instantánea aparición de un asistente que logró recuperar la inmensa cortina.
Las funciones iban a ser dos el mismo día, y ante eso muchas personas decidieron, finalizada la primera función, quedarse un rato para escuchar las versiones de “Puñales”, “Sed”, “Jugando” y “Distinto” (estreno del próximo disco) y más clásicos de la banda. En la primera función y sin ningún amague ni nada por el estilo, CALLEJEROS salió a escena recibiendo la ovación general. PATO -con una remera negra- entró agradeciendo el aguante, empinó el micrófono y fue lo último que se vio. El humo de las bengalas tapó toda la visión y parecía que CALLEJEROS estaba tocando para tres mil personas en el centro de una nube gris. Las puertas tuvieron que abrirse, el lugar no daba a vasto para albergar a la cantidad de gente que se había enterado del recital mediante un boca a boca casi cibernético. Sin ir más lejos, las canciones de su próximo tercer disco “Rocanroles sin destino” recorren la red de una manera asombrosa.
CALLEJEROS forma parte de una nueva generación del rock, una generación de la que unos se empecinan en tildarla de “Rock cuadrado, rock stone, rock barrial, etc.”. CALLEJEROS es parte de un nuevo movimiento que nació con el avance de LA RENGA, los gritos primales de ANDRES CIRO en LOS PIOJOS y los últimos años de PATRICIO REY Y SUS REDONDITOS DE RICOTA. Nacieron encontrando un sonido crudo característico del rock, fusionando esa forma tan especial de usar el saxo (imprescindible a veces) y algunos toques rioplatenses como escuchamos en “Callejero de Boedo” o en el temazo “Cristal”.
En la nube que fue Cemento, “La llave” fue la encargada de abrir la puerta del cielo, acompañado del viejísimo e injustamente olvidado “No somos nadie”, del inhallable demo blanco del 98. Siguieron en la lista “Presión”, “Tres” y otro estreno: “Tratando de olvidar”, que sigue la línea de los temas de sus anteriores discos.
Mientras la gente cantaba “Cheto, cheto, concheto boludo, porque no te metes la Noche fría en el culo”, ELIO DELGADO terminaba de ejecutar el solo de “Sed” para darle espacio a la discutida “Una nueva noche fría” y seguir recordando viejos clásicos como “Brillan los fantasmas” y “Armar de nuevo”.
Hasta ese momento no se vio nada de lo que había en el escenario, solo dos filas de cabezas y nada más, un par de cabecitas que cuando escucharon el estribillo de “Prohibido” se descontrolaron y corrieron hacia adelante en busca de más cercanía encontrando cuerpos mojados. Y eso no era todo, había una canción que debía ser cantada por todos y así sucedió. “Rocanroles sin destino” fue coreada por todo el lugar y se encamina a ser uno de los nuevos himnos de la banda que desplega algunos versos virulentos que PATRICIO supo modificar en Cemento: “Te llaman si convocás, te llaman si pagás bien o si le tiras la goma (…) muchas bandas mueren sin el apoyo de estos”, apuntando a un claro sector de los grandes medios de comunicación: “tantos mediocres sin clase, que te arman el ranking de los elegidos del nunca jamás”.
Para finalizar el show quedaron “El nudo”, “Ilusión” y “Ojalá se los lleve” en unas versiones poderosísimas que es ese sonido del cual CALLEJEROS se está nutriendo en cada nueva presentación y que demuestra el crecimiento musical de la banda.
A dos semanas de la salida de su nuevo disco, CALLEJEROS estará presentándose el 14 de este mes en TAPIALES en contra de la instalación de un basurero por parte de la empresa CEAMSE, para luego hacerle frente al recital más importante de su carrera en el Estadio del Club Excursionistas.
1 Comentario
Tenés que estar logueado para escribir un comentario Iniciar sesión